lunes, 31 de octubre de 2011

nada de granada



ya estoy en casa porque decidí que dos días era demasiado tiempo para ver granada. en 24 horas vi lo importante dos veces, y algunas cosas no tan importantes. no quita que me haya gustado muchísimo. pero son casi las cuatro am así que lo redactaré mañana, en mi jornada de descanso post paseo. qué lindo es llegar y saber que todavía queda un día de fin de semana.

domingo, 30 de octubre de 2011

nerja y otras vueltas

hoy escribo desde una pc, después de descubrir finalmente cómo cambiar el teclado para que me obedezca cuando puntúo. estoy en granada, en un hostal que no recomiendo tanto como el de ayer. empiezo por eso, la recomendación del hostal de ayer. se llama feel malaga hostel y no queda exactamente en el centro, pero a cinco cuadras de la calle larios, y walking distance de la parada de buses. no puedo decir lo mismo de éste. además ayer dormí sola en un cuarto para seis. hoy tengo cinco monos más en la habitación. encima yankees que son todos amigos entre ellos, y tienen un desorden medio grueso en el cuarto (como no les entran las mochilas en los lockers, está todo en el suelo. en fin. ahora no están así que me voy a ir a dormir tranquila. cuando lleguen mamados a las mil va a ser el tema...

el feel málaga estaba más tranquilito, impecablemente limpio y nuevo (edificio recién reformado). y las chicas que atendían eran de lo más serviciales. mi único problema fue que me bañé con agua fría, pero hasta me da pena decirlo porque me parece que se esfuerzan mucho para tener todo bello y prolijo. sobre 10, un 9.

hoy me levanté a las 8 (cambió la hora así que gané una de sueño), desayuné solita en la cocina del cuarto piso (tostadas y café self service, muy correcto), hice el check out (la noche me costó 19 euros, con breakfast incluido, y además de yapa tuve el cuarto entero para mí), y me fui caminando a la estación de autobuses, que como ya entendía un poco más la ciudad, no me perdí. saqué pasaje a nerja, pero no salía hasta las 10.30. me tomé un capuccino en un bar de la estación de trenes que había al lado (mucho más moderna y agradable que la de buses), y el café me costó lo mismo que el boleto por los 53 km hasta nerja (4 euros).

una vez en el bus, empecé a sospechar que el programa que yo estaba a punto de hacer es el mismo que tienen todos los jubilados que van a málaga. el bondi estaba lleno de norteamericanos, sonrosados y canosos. claro que era un atisbo de lo que iba a ocurrir en la cueva de nerja, donde el promedio de edad era de 800 años. pero bueno, llegué a nerja y seguí hasta la cueva, unos 5 km más hacia el este.

la cueva la hice a toda máquina. creo que demoré más en la fila que dentro de la cueva, y eso que tiene las dimensiones de un estadio o una catedral de las mega(imponente que haya tanto espacio hueco bajo tierra). fui tan rápido esquivando ancianos que llegué a tomarme el mismo bus que me trajo para regresar a nerja (ojo, no salió inmediatamente, habrá tardado 40 minutos).

la cueva de nerja la descubrieron unos pibes que exploraban en 1959. adentro hay sectores que tienen pinturas rupestres, y se encontraron cosas de gente tipo neanderthal (creo, no me dio el tiempo ni las ganas para leer, sólo vi unos cacharros en unas vitrinas). los sectores prehistóricos esos no se pueden ver, pero lo que se visita es una parte enorme, y cuando digo enorme, es posta. no exagero con lo de un estadio bajo tierra. además es altísima, y está todo el techo lleno de estalactitas y esas cosas. hay una especie de mega estalactita gordísima (gorda como una casa) que va desde el techo hasta el suelo, que le llaman "la columna del cataclismo" y está como en el centro del sector más gigantesco de la cueva. impacta sí, sobre todo por la inmensidad y la oscuridad (está iluminado en forma mística). lo que no entendí es por qué iban tantos jubilados (grupos enteros de excursión) si es absolutamente todo escaleras.

después de eso volví a nerja centro. no hay gran cosa para ver en nerja, pero es muy lindo porque está en la costa y tiene el "balcón de europa", que es una especie de pasarela que termina al borde del mediterráneo, y la verdad que está muy agradable, sobre todo con temperaturas como las de hoy, de 26-27 grados y sol espléndido. tiene una iglesia de 1500 o por ahí (nuevecita para ser europea), muy arreglada y blanca, que domina una plaza justo ahí al lado del balcón, y la plaza estaba llena de vida y de gente. quise ir a frigiliana que es un típico pueblito blanco de esos con macetas de geranios en las ventanas, pero los domingos no hay autobuses que vayan, así que me quedé con las ganas. y como en nerja, aparte de unas callejuelas con tiendas de souvenirs, no hay mucho más, me compré el boleto de bus para granada y lo esperé tomando sol durante tres cuartos de hora, que creo que me hizo bien para el cutis invernal que ya ostentaba.

me dormí la primera hora de viaje. me desperté en almuñécar creo (estoy conociendo buses de esos que paran en todos los pueblos, es muy uruguayo y pintoresco). me debo haber perdido paisajes lindos, porque en seguida que salimos de ahí seguimos por la costa y la carretera serpenteaba por unos barrancos altísimos, y a nuestros pies estaba el mar. en un lugar muy extraño, con un castillo en medio de una montaña forrada de casas modernas blancas donde se subió un montón de gente, cambiamos de rumbo, y agarramos en dirección norte, hacia granada. ahí ya nos metimos entre las montañas, muy panorámico también.

la entrada a granada en bus es bastante tétrica, onda suburbios feos, de edificios abandonados y demás. la estación de buses queda lejos del centro. me subí al bus 33 y le pedí al chofer que me dijera dónde bajarme (puerta real), y ahí siguiendo unas instrucciones medio enredadas llegué al hostal. como en el cuarto estaban los cinco monos y había olor a pata, lo único que hice fue dejar mi mochila (que cargué por todo nerja) y lavarme los dientes, y me fui a la deriva con un mapa usado que me dio el argentino que atiende el hostel (nota aparte: son plaga, acento rioplatense que escucho, pregunto,y siempre, siempre, siempre es argentino, y me lo responden como si fuera una obviedad. aparte después de que me responden ya no hay misterio ni empatía, y yo no sé muy bien qué decirles, y la charla potencialmente simpática me queda trunca y rara. nota aparte del aparte: soy un queso hablando con desconocidos).

todo lo que vi de granada ha sido de noche así que todavía no sé cómo catalogarla. digamos que hice todo el circuito básico de recorrido (catedral, plaza nueva y otras, lateral de la alhambra de abajo, mirador san nicolás y atravesar el albaicín, y después llegué hasta el río, y me volví al hostal). no es poco, especialmente teniendo en cuenta que mucho es en subida o bajada. lo más lindo, la vista desde el mirador de la alhambra iluminada. lo más feo, que es domingo y hay mucha cosa cerrada, aunque hay muchísima gente por la calle en general.

cené una pizza sin gracia en un lugar de kebabs de la plaza nueva (nada que ver con el fantástico almuerzo de sopa de tomate y pollo con salsa champi en medio de la placita de nerja) y bueno, ahora me voy a la ducha y a la cucha, que mañana ocho y media tengo entrada a la alhambra. que allah se apiade de mi alma.

sábado, 29 de octubre de 2011

malaga

Termino mi primera jornada del fin de semana comiendo palitos de queso y yogur en la cocina del hostal. Ha sido un buen dia, aunque al principio estuvo algo molesto. En las seis horas de viaje de bus una señora habló gritonamente cinco y media. De esas voces estridentes que te hacen doler los oídos, encima maleducada y quejosa, y que contaba su vida y obra. Estuve a punto de pedirle encarecidamente que se callara la boca y nos dejara dormir. Durante el viaje no vi mucho del paisaje porque a pesar de todo intenté dormir. En cierto momento sé que había mucha niebla, en otros habia olivos y montañas. Pasamos por granada y otros pueblecillos. Y llegamos a malaga.

Yo soy muy hábil con los mapas y la orientacion, pero debo decir que esta no es una ciudad muy comprensible. Por lo menos me costó bastante encontrar el hostal, y después los recorridos los hice a la deriva, y me iba encontrando sin querer con las cosas. Hay muchas callejuelas que dan vueltas raras. Pero es lindísima. El centrito con su calle Larios al sol parecia un regreso al verano. Manga corta todo el día, veitipico de grados y muchas razones para entender porqué a esta zona le llaman costa del sol.

Comí en un mac porque tenía mucha hambre, a pesar de que lo único que me recomendaron de aca fueron lugares donde llenarse la panza. Yo no soy muy del turismo gastronómico, por lo menos estando sola no me divierte mucho. Después recorrí todas las callecitas del centro, algunas dos o tres veces. La catedral me gustó (mucho más por fuera que por dentro), y me parece que es una de las más anecdóticas que conocí. Le dicen "la manquita" porque una de sus torres está.sin terminar. Es imponente y además está rodeada de jardines. Jardines con palmeras y cítricos, verdes y profundos, frescos.

Lo otro que impacta es la alcazaba, aunque no entré. Hay mucha cosa morisca por malaga, y tambien un aire playero, y alegre. Hay más bares que personas, diez mil por cuadra más o menos. Y todo es acogedor y colorido, prolijo, que exhala un aire cubano o isleño o portugués o todo junto y muchas más cosas, porque es uno de los lugares donde sentí que España está más viva y presente.

Visité tambien el museo de carmen thyssen, y fue maravilloso. Los cuadros costumbristas de escenas andaluzas, gitanas, son de un frescor y una alegría muy pícara. Toda esa cultura andaluza me llama cada vez más la atención. No conocia a casi ningún pintor pero no era lo importante. Me llevé tres postales de tres de las obras que más me gustaron, pero me los hubiera comprado en poster.

Mañana ya abandono esta ciudad, de la que me acabo de despedir viéndola iluminada. La playa no es lo mejor que tiene, aunque también me senté un rato en la arena a escuchar como rompían las olas. Definitivamente recomiendo venir, creo que está a la par de córdoba y sevilla, y supera a valencia ampliamente en calidez y comodidad. No puedo decir que haya descansado, porque mis pies perdieron la sensibilidad, pero mi cerebro está otra vez en verano, y contento.

viernes, 28 de octubre de 2011

going solo

por fin llegó. anhelado puente del 1 de noviembre, con sandwich de lunes sin trabajar, por ende, cuatro días para aventurarme en andalucía. me voy a málaga en seis horas, y el domingo a granada. tengo ganas de no tener que rendirme cuentas más que a mí misma, y de ir a la velocidad que me brote de los cataplines por donde quiera, sin rumbo, sin horarios, sin más que la seguridad de un hostal donde pasar la noche y un autobús que me lleve mañana y otro que me traiga el martes. lo que va a ocurrir entre el viaje de ida y el de vuelta ni lo sé ni me importa. voy casi a la deriva, sólo con mi mochila jansport roja (a pordiosear, digamos, porque es poca ropa, pero suficiente), algo de euros y como única brújula, unos tips que encontré en internet y me imprimí en el trabajo, pero no los he ni leído. nada más que decir, sólo lanzarme al camino. ahí voy, reinamora.

jueves, 27 de octubre de 2011

apagón



ocho horas sin luz porque se quemó el diferencial. claro que de eso nos enteramos a medianoche, cuando el señor electricista llegó a ver qué pasaba.

a las cuatro de la tarde, cuando se apagó la casa entera de repente, pensé que era un clavo de situación, y me fui a dar unas vueltas (las vueltas terminaron en un vaquero y una camisa). encima llovía. horas en zara, en el corte inglés (le sigo teniendo fastidio) y en otro zara, y un windowshopping generalizado y errante. también pasé ciertos considerables minutos en un local de plantas, buscando una para regalarle a mi amigo st. creo que lo que sea que le obsequie se le va a morir a la semana así que estoy seriamente considerando regalarle un cactus (había algunos muy lindos). no me decidí.

volví como a las siete y media. seguía todo a oscuras. sólo estaba j a tientas por la casa. encendí mi vela, que fue la primera del arsenal que después fuimos acumulando a medida que llegaron las chicas y aportaron más luz. en el más cálido de los sentidos.

al principio j y yo nos sentamos en las tinieblas del living, y nos pusimos a charlar, algo resignados. como si fuera el peor de los planes. pero resulta que no. y llegaron s y a y las horas pasaron, y tuvimos hambre y comimos cosas crudas, en la semipenumbra esa de las siete velas, charlando de nada y de cosas de la vida, de padres fotógrafos y madres que no cocinan, amigos piragüistas y comidas, palabras en uruguayo, columnas vertebrales rotas, hobbies y hasta de la forma que tienen los gatos de huir de los niños.

me va a dar mucha pena dejar esta casa, y en cierta forma lamento que sea recién ahora el momento en que me siento verdaderamente cómoda en ella. aprecio mucho a mis compañeros de piso y a esta extraña tribu que formamos, con mascota y todo.

de hoy en más, cada tanto, me parece que un duende va a bajar la llave general sin querer, para que se vuelvan a dar estos momentos amenos en los que la magia de la oscuridad hace que surjan las palabras, sin televisión que las amortigue, ni computadoras que las distraigan, ni equipos de música que las asusten. la energía no siempre llega a través de un enchufe, y ahora, cuando me vaya a dormir y todo vuelva a ponerse negro, me voy a sentir extrañamente iluminada.

miércoles, 26 de octubre de 2011

padres

hoy en el trabajo pasó algo lindísimo.

hacia el final de mi jornada, cuando estaba terminando de insertar las noticias económicas en un documento eterno, escuché una voz que gritaba, casi tímida, pero sorprendida: "somos padres!".

era lourdes, la secretaria del jefazo y una especie de mother hen siempre alegre para la oficina entera. estaba toda roja, riendo emocionada hasta el punto que después, lloraba. nos reunimos a su alrededor para tratar de entender, porque la mayoría no entendíamos. había un hombre ahí, también con cara de feliz, pero más sereno. era el marido. se puso a explicar a qué venía tanto alboroto. y casi se me contagian las lágrimas de lourdes.

resulta que les acababan de avisar que podían adoptar a un niño. ese niño tiene nombre y edad. lucas, dieciséis meses. y es etíope. ahora en dos semanas sus nuevos padres viajarán a conocerlo, y se van a quedar ahí como un mes antes de traérselo a españa. creo que lourdes no puede tener hijos, pero su felicidad hoy era absolutamente transparente. si le hubieran avisado que se ganó la lotería no le brillaban tanto los ojos.

no me sale escribir mucho sobre esto. había que verlo, no alcanza con contarlo en cinco párrafos. la enormidad que significó ver sus caras transmitiendo esa profunda emoción redimensionó de golpe las cosas a su tamaño real. lo que no era así de grande y así de feliz, es decir, casi todo lo demás, sobraba.

martes, 25 de octubre de 2011

lo que no soy

hoy veía en fnac a iván ferreiro tocar un par de canciones con su guitarra acústica y su voz de terciopelo. qué nostalgia me sobrevino de mi ex guitarra y aquellas cuerdas de metal que me dejaban los dedos marcados. me dio pena haberla vendido por mercadolibre y sobre todo, aquella rajadura larga y triste en su clara madera brillante que le afeó el alma después de un golpe subiendo al ascensor. pero ese instrumento me provoca una lástima inconclusa porque fue el símbolo de mi fracaso musical. la vendí porque sabía que mis dedos jamás le harían justicia, sobre todo después de ocho estériles años de clases de guitarra.

también veía en el metro a una "clásica pija española", ojo que con eso me refiero a la típica chica conchetita vestida de zara y con un luis vuitton incrustado en el brazo -brazo en ángulo recto perpetuo, asas cortas del bolso a la altura del codo, y mano apuntando como bobita, floja, hacia abajo-. tenía los ojos grandotes delineados de negro impecable y la cara flawlessly cubierta de base. la nariz chata, medio fea, y la figura perfecta enfundada en unas calzas negras y una camisola negra de seda, con los accesorios marrones, a juego con el bolso. la típica que se cree y se sabe linda, probablemente tenga algo de inteligencia, y seguramente las puertas se le van a abrir de par en par apenas pose sus maravillosas botas de caña alta en la entrada. comía chicle a lo creída, con la boca abierta y como si lo que estuviera masticando fuera el mundo entero y no un cacho de goma.

no me dio un ramalazo de nostalgia, porque está asumido. nunca voy a poder ser así, y creo que tampoco lo quiero. tengo muy claro que la belleza no es una de mis cualidades destacables (y si ya no lo es, no lo será nunca). ni siquiera sé cómo se agarra un bolso de esos que cuestan más de 300 euros, ni puedo pararme en medio del metro con la mitad de la gracia y estilo de esa chica (aunque el chicle le restaba garbo), sobre todo porque ocupo el doble de lugar que ella. yo que sé, son hechos innegables. yo me abro paso a lo bestia con mis converse y vaqueros, y me siento en el suelo a esperar que me abran las puertas, después de meter sobres raros por el buzón. será por eso que pocos me las abren.

también leí hoy el blog que leo siempre, de una argentina que trabaja en publicidad y relata sus historias de soltería. resulta que después de tímidos indicios de que algo estaba germinando en su amistad con un compañero de trabajo, el chico le preparó una cena romántica por su cumpleaños, se le declaró lo más directo que pudo, ella lo besó y terminaron olvidándose de la comida por completo. y claro, quién no quiere algo así? por más cursi que suene, en el fondo todos queremos que ese ser interesante se nos declare a la luz de las velas, partirle la boca y no emerger de la cama en todo un fin de semana. yo me considero muy cínica respecto a esas cosas, pero no, obviamente soy una boluda rosada igual que todo el resto. y lo extraño, lo necesito. quiero ser la princesa de alguien, aunque la princesa vaya de championes y vaqueros rotos.

no quería terminar en la nota depre-desesperada-dramática. no es algo que doy por perdido en mí. sólo que me han hecho falta en este tiempo esas sensaciones de principio de algo feliz, mágico y compartido. no sé dónde está ni cómo se consigue. pero necesito sentirme tonta un ratito, tener ilusión de vestirme de niña con blusas de seda y ojos pintados de negro, y que me broten ganas de tocar la guitarra y cantar fuerte.


lunes, 24 de octubre de 2011

mezzosoprano

"Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude."
Orson Welles



a veces me pregunto si tengo mi propia voz. es decir, si tengo un estilo concreto, que pudiera llamarse mío. no poner mayúsculas no es un estilo, es pereza. a veces me da miedo repetir demasiado las palabras, las frases, las ideas. como ahora que acabo de decir "veces" dos veces (ahora tres).

también me da miedo ser monotemática (el miedo es un monotema...). este blog está impregnado de mí, evidentemente. más bien es una expresión directa de mí, lo más mío que puede ser un espacio virtual. pero este blog no soy yo, no representa todo el yo que yo soy. como aquel cuadro de magritte en el que aparece una pipa y la leyenda "ceci n'est pas une pipe". porque en realidad no es una pipa. es la representación de una pipa. eso es mi blog. funciona igual que un autorretrato. no soy yo, sino tan sólo una representación de mí.

tengo entonces mi propia voz? tengo un estilo particular, que hace que cuando alguien lee algo escrito por mí, intrínsecamente lo sepa, aunque no se vea mi nombre por ninguna parte? en realidad es una espada de doble filo. porque quisiera que no fuera exactamente así. quisiera tener tanto dominio de esta anarquía de las palabras como para ejercer un dia de revolucionaria y otro día de káiser. camuflarme, de ser posible, en mil textos distintos. aunque en ellos esté latente el mismo algoritmo creativo. algo intangible, místico, que los refiera para siempre a mi pluma.

sé que admiro la forma de escribir de muchos. no quiere decir que siempre me atrapen las novelas que escriben. o los versos. a veces sólo leo palabras bellas, y no busco más. bolaño, por ejemplo, tenía una escritura riquísima. pero su novela desbordaba la lentitud de mil y pico de páginas. mario vargas llosa, mi prócer, escribe condenadamente enrevesado, y justamente ahí radica su maravilla. y carlos fuentes redacta como si acabara de soñarlo. me gusta esa escritura sin pausas, orgánica, de párrafos que duran páginas, capítulos enteros sin punto y aparte, diálogos insertos en el medio de todo, porque lo son todo. esa escritura sin respiro es muy latinoamericana. sentimental, en el menos cursi de los sentidos. como una herida abierta.

no sé si los trato de imitar. a veces consigo un chispazo de verborragia parecida. a veces, la formación periodística me corta las frases. las acorta, más bien. las define. aunque no necesariamente lo pulido sea bueno. los bestsellers generalmente son novelas que no buscan tanto experimentar con las palabras, sino que se limitan a contar una historia con principio, desarrollo y desenlace. eso está bien, pero no es lo único que busco. quizás porque me distraigo en el recorrido, en el afán por hacerlo irresistible y musical. a medida que escribo siento que mi lengua se mueve leyéndome, a pesar de que no abro la boca. creo que es porque estoy intentando conseguir eso mismo: la aliteración acertada, el verbo tajante, el adjetivo sonoro y perfecto.

hace mucho, además, que no escribo verdaderamente. aunque hace años ya que quiero soltarme y recuperar la libertad perdida. pero no descubro el tópico. no se me sueltan las manos, las ideas, la piel. están acuclilladas ahí adentro, pidiendo a grito pelado que les dé rienda suelta. no sé cómo. aquí mismo me tranco, me censuro. ahora, en este instante, me cuesta horrores terminar el párrafo.

ayer leía a benedetti y me autosermoneaba por no leerlo más seguido. por haberlo abandonado demasiado. sobre todo, tal vez, por no poder ser como él. por no tener una expresión tan diáfana como la suya, un dominio infinito sobre el vocabulario, una exquisitez aguda, tan certera como un escalofrío, y por no poder desnudarme con esa simpleza y ese uruguayismo nato, burbujeante. es que decía cosas que quería hacer mías. y eso es genial y a la vez humilla.

entonces? cuál es mi voz? algún día se va a hacer oír a la par de ese coro de maestros? o voy a estar en perpetuo silencio, amordazada por mis singulares límites, mis prejuicios ciegos, mi visión enana y umbilical del mundo? quisiera que mi voz se largara a correr de pronto, meciéndose indiferente por todas las escalas del solfeo, por todos los géneros y los narradores, demoliendo doctrinas con mitos, elaborando tramas como quien teje redes, y construyendo castillos, astronautas y flores de cerezo con la facilidad con que una catarata se expulsa a sí misma.

domingo, 23 de octubre de 2011

dormir con frazada



ya no hay forma de postponerlo. el otoño está en cada ráfaga que me despeina.

sin embargo, a su manera, es cálido. invita a los cafés y los abrazos. a las bufandas, las tres capas de ropa y las medias can can.

siento que empieza algo nuevo, curiosamente fresco. y no sólo tiene que ver con la estación.

sábado, 22 de octubre de 2011

postmortem

no hay como una de esas noches de abandono total, en las que el cuerpo lo único que quiere es morirse y el cerebro se deshace en la consciencia de ser una patética sombra de ser humano, para disolver las tonterías.

no hay como uno de esos episodios de autovergüenza para retomar el hilo de la humildad y darse cuenta de que la persona que te recoge el pelo para que no te lo manches de vómito es de las que de verdad valen la pena.

no hay como intoxicarse para desintoxicarse, para recogerse después un día entero en casa, hecha mierda, pero en cierta forma limpia, depurada.

morir para renacer y morir más veces.

jueves, 20 de octubre de 2011

día señalado

hoy eta anunció algo así como que va a cesar su actividad armada.

hoy murió gadafi, quién sabe de qué misteriosa e inocente manera.

los titulares de los diarios (versión web) dan miedo. primero una foto enorme de tres encapuchados que parecen miembros del ku klux klan (daría igual que lo fueran, no andan muy lejos) y después la cándida imagen el cadáver de un viejo acribillado. más abajo gente con máscaras de gas en Grecia, Cristina K que amenaza con ganar inminentemente y las noticias que se vienen arrastrando desde hace días, como los niñitos perdidos en córdoba, el volcán que no revienta en el hierro y las eternas idas y venidas del fútbol y la política española, a las que siempre se recurre para decorar las portadas con títulos creativos.

hoy españa se fue a dormir así, con los periodistas agotados de tanta primicia, y la gente algo eufórica/algo recelosa por el comunicado de eta. gadafi creo que estaba muerto hace rato, o por lo menos condenado, y la crisis, de tan reiterativa, se ha vuelto aburrida.

hoy leí las noticias en mi laptop agonizante y las ví en la tele enorme de mi compañero de piso, mientras comía unos capeletis recalentados y la gata venía a pedirme mimos.

hoy fui al gimnasio y a trabajar y dormí la siesta, aunque no en ese orden. y después miré con mi compañera de piso una telenovela sobre un barco cuya tripulación son aparentemente los últimos seres humanos en el mundo, y se iban a caer por una catarata oceánica muy inverosímil.

hoy hace un año que aterricé en madrid con tres valijas, una inscripción a un máster y la dirección de un hostal de medio pelo.

el mundo no ha dejado de girar desde entonces.

miércoles, 19 de octubre de 2011

micro-bio



diminuto ángulo mágico.
meter el ojo en un microscopio. hacerse minúsculo. piojo. nanobacteria. pasear durante un rato como liliputiense por los confines eternos del horizonte de una habitación y perderse en el gigantismo de lo enano. ser una fracción de ser, apreciarlo todo desde el punto de vista de un punto. hacer alpinismo en los objetos más ínfimos y sentir, al terminar y crecer de nuevo, que hemos atravesado kilómetros en el espacio. aunque no hayamos escapado nunca de estas cuatro paredes.

















































martes, 18 de octubre de 2011

ella

la vi sí. por la calle, sin más especificaciones. iba simple pero de esas que por lo simple te caen simpáticas y guapas. las pocas veces que la había visto me había caído bien. pero claro, en ese entonces ella no era ella. no había alcanzado esa categoría porque en ese entonces ella era yo. en ese momento ella no importaba. no competía. ahora la que no compite soy yo. bastó con verla caminar, simple, por la calle. sin más especificaciones. con su simpleza demoledora. con cara de ir hacia alguna parte, y estar contenta con esa dirección. no pude hacer más que meterme en la primera cafetería que vi, y esperar que pasara por la vereda de en frente. así de mucho me intimidó. y así de mucho me saco el sombrero. ella es toda ella hoy. y no hay nada que yo pueda hacerle. touché.

lunes, 17 de octubre de 2011

temporal



no sé por qué adquirí esta costumbre, o hábito, o manía. pero tiendo a pensar en fechas, a calcular distancias en el tiempo, a buscar la métrica exacta, redonda, hacia un hecho pasado, no importa si cercano o remoto, para usar como sólida tierra en la que seguir afirmándome.

antes no lo hacía tanto. supongo que es un síntoma de las alteraciones, de las mudanzas, del deambular por el mundo. mido mi vida según mojones de cambios, o períodos de estabilidad. se convierte en una necesidad orgánica casi. algo de lo que fiarme, a lo que recurrir para recordar, para tratar de entender quién soy hoy y dónde estoy parada.

entonces cada fecha sirve para volver atrás, y ubicar mi presente comparado con una referencia anterior. pienso: "hoy, hace tres meses, era mi primer día de trabajo". y mido lo que ha ocurrido en estos tres meses que volaron. pueden ser una eternidad, o una brisa. para mí, es rarísimo. algo así como una brisa eterna.

mis estaciones están cambiadas, mis meses del año están cambiados, mis vacaciones están cambiadas y todo funciona raro y al revés acá en el norte, diferente de cómo funcionó los otros veintitrés años de mi vida. nunca sé si el año está terminando o empezando, ni qué hago yendo a clases en enero, o en una piscina en julio. me mareo. entonces de a ratos mi "año" es todo el tiempo que estuve fuera de uruguay, empezando en octubre 2010 y terminando en diciembre 2011. un año de catorce meses. tres veranos. dos inviernos. y unas vacaciones forzadas en el medio.

el verdadero año, los 365 días de vivir afuera oficialmente, lo cumplo dentro de tres días. el 20 de octubre aterricé en madrid. hacía frío de mañana. dejé mis cosas en el hostal roñoso donde me quedé las primeras semanas y fui al máster a llevar el mamotreto de certificaciones académicas. no me acuerdo mucho de nada, excepto del sentimiento "radical". no sé cómo expresarlo. era eso, radical. distinto, nuevo. desafiante. en ese entonces caminaba por la calle y no me creía que estaba en madrid. quizás no tenía tanto miedo porque tenía ayuda. o era un poco inconsciente. sigo creyendo que está bien cambiar. significa volver a organizar el mobiliario mental después de un sacudón.

creo que cada tanto hay que cambiar. buscar nuevas aventuras, en el mejor de los sentidos. y ya no le tengo tanto miedo. de hecho, para mí volver a montevideo va a ser cambiar. va a ser empezar de cero en muchísimos aspectos. enfrentarme a retos nuevos, quizás de otro calibre, más "light" que los que tuve que sortear acá. pero retos de todas formas, y que ya se van haciendo necesarios.

no digo que el cambio siempre venga en forma de "variación del país de residencia". pero es una de las formas, quizás de las más drásticas. me alegro de haberlo hecho, y sobre todo, de haber podido hacerlo. o de la forma en que resultó. no es todo genial y sonriente, muchas veces es difícil y solitario, o agotador. pero es la maravilla de la hoja en blanco, y la oportunidad de seguir escribiendo la historia de tu vida como si empezaras de nuevo.

lo que más me gusta de la página que escribí bajo el título "España" son los tachonazos, las arrugas del papel, las manchas de lágrimas secas, los momentos en que la letra se hace minúscula e ilegible porque me dormía en clase, las descripciones de gente y de lugares, los diálogos, los varios renglones de risa onomatopéyica. no es una versión mejorada de mí. es una versión más real de mí. una versión con la que en general estoy cómoda. que tiene seiscientosmil defectos, claro. pero ahora tiene una página más de trama que la construye, y que la hace interesante -espero-.

esta semana, como la del pasaje de avión que no usé, es una serie de días de mirar hacia atrás con incredulidad. y también con esperanza. si hoy, casi un año después de haber llegado a madrid para quedarme, estoy acá todavía, trabajando, viajando, con planes de regreso pero no mucho más, quién sabe dónde estaré cuando haya pasado un nuevo año. no se pueden hacer planes a largo plazo, porque los planes necesitan ser tirados por la borda cada tanto.

hace tres meses, aquel primer día, no estaba convencida de mi trabajo. hoy creo que le estoy sacando mucho más jugo del que pensé que tenía. y no lo veo como una meta en sí mismo -quizás si me quedara sí, pero no es el momento de quedarme-, pero sí lo siento como un escalón. y agradezco seguir acá para poder aprovecharlo hasta el último día.

y miro esta semana como el cierre de un año de tiempo, pero es una clausura falsa, porque está lejos de terminar todavía. pero esa es mi manía, mi hábito, mi costumbre adquirida a partir del cambio. mi forma de asentarme en la tierra fime para seguir escalando.

sábado, 15 de octubre de 2011

power to the people

































"un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria,
como veía que resistía fue a llamar a otro banquero.
dos banqueros se balanceaban sobre la burbuja inmobiliaria..."

lentamente, en paz, casi con alegría. como parte de un ritual al que nos vamos acostumbrando todos. como si la mejor forma de hacerse oír fuera en el silencioso rumor de una multitud andante. con cánticos y pitidos y rugidos de vez en cuando. en familia o entre amigos. como un extraño paseo de sábado, a paso de tortuga, por las arterias más grandes de madrid y del mundo.

así se expresa hoy el descontento. la rebeldía. la indignación. como una masa enorme de personas desencantadas. logran lo que buscan, porque no se puede evitar sentir vergüenza. si yo fuera política, sentiría vergüenza. si fuera banquera, o presidenta de una multinacional, o estuviera al frente de un ministerio, me sentiría humillada por esas manos que se agitan en el aire. me sentiría herida en mi orgullo, por no saber hacia dónde se dirige todo a pesar de mi deber de timonear algún gran barco del capitalismo o la democracia.

lo único que sé es que ha cambiado la forma de hacer política, y la manera de reunirse de la gente bajo causas comunes. parece demasiado fácil movilizar al mundo, especialmente cuando el mundo tiene razón. si yo tuviera algún tipo de cargo de poder, político o económico, no sólo me sentiría avergonzada. también tendría miedo. el poder es imprevisible en estos tiempos. amenazador. como el rugido insatisfecho de miles de personas caminando hacia el sol.