domingo, 26 de septiembre de 2010

patrimonio



no me gusta mucho la palabra patrimonio. suena demasiado rimbombante y pesada. supuestamente alude a la hacienda (o bienes) que uno hereda de sus antepasados (según rae). y el patrimonio nacional viene a ser lo que heredamos como país.

o sea que el patrimonio no es solo la torre de las telecomunicaciones, el palacio legislativo o la iglesia matriz. no es sólo un montón de edificios importantes. el patrimonio es el idioma, las costumbres, los hábitos, la tradición y la forma de vernos como cultura. el patrimonio es lo que nos gusta y lo que no de nuestra sociedad.

el patrimonio es, además del aeropuerto flamante, el cantegril que tiene a pocos metros. el patrimonio es la caca de perro en las veredas y los canteros llenos de flores de la rambla. el patrimonio, aunque no nos guste, es la pobreza de montevideo, a la misma vez que el aumento de barrios privados en carrasco. el patrimonio es el dialecto plancha y la biblioteca nacional. el patrimonio es la rural del prado, con los bichos gordos regordos desfilando en el ruedo, a la misma vez que son patrimonio los caballos y los carritos de los clasificadores de basura. el patrimonio son las rutas nacionales, con sus puentes y peajes, y también con sus pozos y mala señalización. el patrimonio es la xo y la túnica blanca con moña azul en la escuela, pero también el niño que ataja limones en el aire en un semáforo de avenida italia. el patrimonio es el asado entre amigos, el dulce de leche o el mate. el patrimonio es la pasta base. el patrimonio es la garra charrúa, pero también el temperamento agrisado y pesimista que no nos gusta admitir que tenemos. el patrimonio es la celeste, pero también la violencia en los espectáculos deportivos. el carnaval, el folklore y la murga son patrimonio. también lo son las cárceles, la inseguridad y la delicuencia.

el patrimonio lo vemos todos los días. no sólo un fin de semana en el que parece que de repente existen los museos. no es sólo historia ni geografía ni quitarle el polvo a los monumentos. es lo que somos, lo que nos dejaron y lo que vamos a dejarle a las futuras generaciones. ojalá pudiéramos dejarles un patrimonio más rico y más sano a los que vienen después que nosotros. el patrimonio más valioso que tenemos son los valores, valga la redundancia. espero que no lleguemos a necesitar ponerlos en un museo para admirarlos de lejos una vez al año.

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