miércoles, 16 de febrero de 2011

los otros

no tienen voz pero sí rostro. son seres de piedra, de metal, de mármol. gárgolas. estatuas. ornamentos. ven pasar a los habitantes de madrid desde hace décadas, incluso centenas, de años. odian a las palomas y el hollín, y la lluvia sólo los agrisa más. están ahí, quietos, silenciosos y mustios. mudos testigos del pasar del tiempo. coronan edificios y embellecen fachadas, pero son más que eso. son caras únicas, la identidad de lo antiguo, de lo elegante y señorial, el tributo de gloria a una divinidad, un antepasado o una creación especial, mística, destinadas a aportar belleza a una pared, una fuente, una columna, una ventana o un portal. posan para mi cámara con una tristeza digna, como si estuvieran acostumbradas a hacerlo. sus pétreos labios no sonríen jamás. un poco las entiendo.






















No hay comentarios:

Publicar un comentario