martes, 17 de agosto de 2010

yours faithfully

se conocen en un bar, en una fiesta, por un amigo en común o en alguna materia de la universidad. se gustan en seguida, pero él no se anima a invitarla a salir hasta que ella hizo todo el trabajo fino que le indica a él que no será rechazado un avance. van a tomar algo, una vez, dos, a la tercera hay un beso, a la cuarta y quinta cita ya saben la historia de vida del otro y se conocen de memoria las bocas, se tocan, se miran, se va confirmando el estado civil de "salientes", empiezan a decírselo a otros, después un día que no saben por qué eligieron ese día empiezan a contar el año cero del noviazgo. noviazgo, palabra fea si las hay, complicada de decir, como antigua, que no rima con casi nada. empiezan a ser un ítem, a mezclar identidades, a saber demasiado del otro, pero los primeros meses, años quizás, es todo color de rosa y toman mates juntos en la rambla y salen a cenar y van al cine y algún fin de semana a la casita de los padres de ella en atlántida o piriápolis o al campito de los tíos de él en zapicán o en paso de los toros. ya hubo presentación oficial en el núcleo familiar, en los alrededores del núcleo y hasta la tía abuela tercera de la novia le hizo preguntas al novio (cómo se llaman tus padres? ah, sos el nieto de fulanita, que era prima de menganito que tenía un estudio de escribanos en la calle yí?). pasa un tiempo prudencial, después un tiempo menos prudencial, y después empieza el tiempo en que todos les preguntan para cuándo. para cuándo el casorio, si ya están los dos recibidos, trabajando, qué esperan, son los únicos del grupo de amigos que todavía no se casan, es horrible tener un noviazgo eterno, aprovechen ahora para ser padres que es divino ser padres jóvenes. ella pisa los 27 y él tiene unos meses más, ya va siendo hora, y ellos se convencen, piden fecha, así como un trámite, 15 de agosto el civil, 20 de agosto el religioso, que ninguno de los dos va a misa desde la primera comunión pero claro, cómo no se van a casar por iglesia, de vestido blanco, tan lindo, piensa la tía abuela tercera. hacen el camino tortuoso de los novios antes del casamiento: hablan con modistas, peluqueras, maquilladoras, floristas, señoras que alquilan manteles, señores que alquilan chacras, deejays, disc jockeys y pibes que pasan música sin título rimbombante, fotógrafos, camarógrafos, coros, orquestas y jueces de paz, agencias de viajes -luna de miel en río de janeiro, porque con tanta fiesta no alcanza el presupuesto para ir más lejos, hablan con curas, con wedding planners, con vendedores de cotillón, con joyeros, con imprentas de tarjetas, con chefs, con empresarias de catering certificadas iso 9001, con proveedores, con esteticistas, limpiadoras de cutis y vendedoras de zapaterías. cuando deciden qué hacer con todo eso ya les duele la cabeza, pero no hay tiempo porque sólo queda una semana antes del civil, y todavía no tienen confirmada la noche de bodas en la suite del cuatro estrellas que les paga el jefe de él. llega el gran día, les tiran arroz, y después en el otro gran día dicen sí acepto en la iglesita donde la bautizaron a ella, la tia abuela tercera llora sin parar toda la ceremonia, en la fiesta se empeda hasta el sobrino de 13 años, las fotos salen buenísimas, todos sonríen, y los novios tienen poco rato para estar juntos, pero logran saludar y agradecer a todos, especialmente a la madrastra del ahijado de él que les regaló una lámpara de pie vomitiva, pero carísima. se van de luna de miel, pasan bárbaro aunque el hotel quedaba a 10 cuadras de la playa, pero hasta logran broncearse y que no les roben nada, vuelven a la rutina pero ahora bajo el mismo techo, trabajan y llegan a casa felices de estar juntos, un día ella le dice mi amor tengo una buena noticia, y le muestra el evatest con las dos rayitas, él se emociona y no paran de contárselo a todos, va a ser varón, dice ella, no, resulta que es nena, una gorda divina igualita a él. tienen que reformar la casa para achicar el cuarto de estar y hacer un dormitorio más, y se turnan para darle la mema y ponerle el chupete, ninguno de los dos duerme mucho, pero no les importa, las ojeras son ojeras felices. cuando la nena cumple uno ella se entera de que esperan otro, esta vez sí, el varoncito, y apenas se les habian aclarado las ojeras cuando los llantos desgarradores a las cuatro de la mañana les sobreimprimen nuevas marcas negras bajo los ojos. el segundo siempre es peor, les dice la tia abuela tercera, que tuvo como siete hijos, y ellos cambian pañales a toda máquina, trabajan, crian a los nenes, festejan cumpleaños, los llevan al colegio por primera vez, los ayudan a aprender a escribir, les festejan las travesuras. se sienten un poco cansados al llegar a casa, él no está de muy buen humor porque en la empresa hay mal ambiente, se vienen despidos en masa, y él sabe que le puede tocar, y le toca, y no sabe qué hacer tanto tiempo en la casa, y sale a correr pero se siente frustrado, no encuentra trabajo, su suegro le ofrece unas changas que no le gustan, pero es lo que hay. ella pasa la mañana en la oficina, la tarde llevando y trayendo a los nenes y de nochecita va al gimnasio, pero siente que su vida está un poco desapasionada, le dice a él que tienen que tener más tiempo solos, y él, frustrado como está, a veces le ladra, a veces la mira exasperado, a veces le da una palmadita en la pierna y se va a dormir. ella se siente angustiada, llama a sus amigas, un día el hermano de una de ellas la llama para hacerle una fiesta sorpresa a la hermana, organizan juntos, es fácil, tienen ideas parecidas. él es más joven, soltero, lindito. ella se confunde un poco primero, después se deja confundir, y por último se confunden juntos después de un café, al día siguiente de la fiesta sopresa, cuando ya no tenían nada que planear. primero es un beso, despues la invita a la casa, ella le dice que eso está mal pero va, además está enojada con su marido que en la fiesta se portó como un maleducado, casi ni saludó, se sentó amargado en un rincón a tomar whisky, y al final lo tuvo casi que arrastrar hasta el auto. un beso lleva a otro y cuando quiere acordar está abrazando la espalda fuerte y desnuda de él, y él le hace no sé qué en el cuello que la derrite, le dice que es hermosa, y ella se olvida por un segundo de su marido y sus nenes, de la casa, de la ducha que pierde y de la alarma antirrobos que tienen que instalar antes de que les vuelvan a robar las bicicletas. y los encuentros se repiten, el marido no se entera, ella se convence de que es algo que va a terminar pronto y de que enterarse le va a hacer peor, más como está, frustrado con la vida, sin trabajo y tomando whisky solo todas las noches. él ya no sale a correr, habla poco con sus amigos y engordó varios kilos. a los nenes les va bárbaro en el colegio, aunque el más chico que se hace pichí en la cama de vez en cuando, algo que se le pasará con la edad, suponen. los esposos no hablan mucho y hace tiempo que no se van un fin de semana o salen a cenar, pero la vida sigue, él consigue un negocio medio raro pero que les puede cambiar la vida, ella asume su situación de engaño, no se la cuestiona casi, más bien la vive día a día como algo natural, y va más seguido al gimnasio para que no se le caigan esas partes del cuerpo que le gustan a su amante. los nenes crecen, la nena va al liceo, llama la atención, fuma a escondidas, y el nene no tiene muchos amigos pero sigue teniendo buenas notas. ella sigue viendo al hermano de su amiga, que ahora tiene una novia, algo que le molesta un poco, pero no impide sus encuentros. él hizo un montón de plata con el negocio y se compró el auto que quería, y ahora tiene una oficina en una torre y una secretaria de veintidós con un culo fantástico. a veces sale con sus socios a tomar algo y no vuelve a dormir a la casa. a su mujer casi que no le importa, les dice a los nenes que el papá tiene un viaje al interior, y ella misma casi que se lo cree. se mudan a una casa más grande, en un barrio cerrado, de esos con guardias de seguridad en la entrada, con casas enormes en terrenos chicos, con piscinas y canchas de tenis en el club de campo del barrio. ella se consigue un personal trainer gay que le da todos los tips para no envejecer, y él le compra una cuatro por cuatro para llevar a los nenes al liceo. después a la nena le regala un autito amarillo, que choca a la segunda salida porque tomó mojitos en cantidades industriales. cuando el nene cumple 18 quiere una moto, que la madre se niega, pero el padre, por eso mismo, se la compra. los esposos no se hablan mucho, la dinámica es que ella tiene una extensión de la tarjeta de crédito dorada, y salvo para pedirle alguna cosa en especial, o contarle algún chisme de parejas amigas en la cena, no le habla mucho a su marido. a él no le importa, piensa que ella se ha vuelto muy hueca y superficial y lo cansa tanta intrascendencia. a ella tampoco le importa, cree que él se volvió frío y calculador y lo aborrece cuando toma. aquella época de noviazgo sólo es un recuerdo borroso, y a ambos les resulta difícil creer que existió de verdad. es que lo que tienen ahora es el hoy mullido y habitual, lo cotidiano de buen nivel, la pantalla ideal, el cuadro de familia perfecta, y se contentan con los pedazos cómodos de su hogar roto.

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