calendario

ayer llené el calendario. todos los años, desde hace ya varios años, me compro el calendario de tienda inglesa que tiene animales. este año me compré el de paisajes de uruguay, porque así tengo algo lindo para mostrar en caso de que quieran ver como es mi país los de allá. además en el de animales repitieron fotos del año pasado, y eso me cayó mal.

lo llené de cumpleaños. el calendario es mi herramienta fundamental para acordarme de los cumples (facebook también, pero de los importantes, el calendario). lo veo todos los días en la pared y a fuerza de eso, me acuerdo.

sin embargo, me doy cuenta de que cada vez que lo lleno, voy sacándole nombres. gente que ya no veo más. gente que nunca me cayó bien. gente que ya no me importa demasiado. gente que me importaba pero ya no está porque la vida se la llevó de alguna manera. gente que dejó de felicitarme a mí hace bastante tiempo. al final, los que quedan son cada vez menos. pero ya voy sabiendo a quienes no voy a sacar el año que viene, ni el otro, y probablemente nunca.

en algunos aspectos, a medida que crezco, la vida se va simplificando. ya sé a qué cumples voy a seguir yendo. ya sé quién vale y quién no tanto. ya sé para quiénes quiero estar y quiénes van a estar incondicionalmente para mí. no hay que fingir tanto. ya sé con quién puedo estar de mal humor, y quién va a lograr sacármelo.

mi calendario es mi colección de afectos. no me importa que se achique un poco cada año, porque en realidad, para mí se agranda con los que se quedan.