miércoles, 8 de diciembre de 2010

bomba

sí, bomba. la estoy pasando bomba. bomba tipo hiroshima, o sea, bien bomba. espero que esta sea, y va a ser difícil igualarla, la peor semana de mi año afuera. porque estar así como estoy, recluida, enferma y viéndome como un monstruo, difícil volver a caer tan bajo. y encima tres feriados juntos (lunes, martes y miércoles) en los que mi única escapada de casa fue a urgencias, y después dos días de clase a los que no quiero ni aparecer porque soy un foco de contagio y además, no sé si lo dije, un monstruo, y después, cómo no, la bella fecha de conmemoración de mi nacimiento y mis 24 años de vida, va a ser el cumpleaños más recluido del mundo. así que no me deseen que sea feliz. porque desde ya canté que la felicidad no está invitada.

obvio que hay cosas peores. pero bueno, en este contexto, en que no quiero ni salir al supermercado (y mañana ya no tengo comida), la verdad que no estoy con ánimo de festejar nada. no sé, festejar que no tengo herpes en las orejas no me parece muy fabuloso. a veces me río de mí misma en este espacio digital. hoy lloro conmigo misma. y no me interesa hacer otra cosa. ni siquiera puedo desahogar mis penas en chocolate, primero porque no tengo chocolate y segundo porque tragar y comer duele. así que brindo con aciclovir y a la mierda todo.

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