hoy desapareció mi gato. como se escapa por los balcones aledaños, fui a todos los edificios a los que podría haber ido (de balcón en balcón por los pisos 10), y repartí mi número de teléfono por si los vecinos lo veían ingresar en sus jurisdicciones. resulta que no lo encontramos. y horas después oigo unos maullidos y arañazos de puerta, y el pobre estaba encerrado en el cuarto de mi hermana. aparentemente se durmió en algún rincón de su armario y nadie lo buscó ahí. así que lo difamamos al animalito, pensando que había escapado y hablando mal a sus espaldas. está muy tierno michelle, sumamente abrazable. creo que se acuerda de mí.
(esta foto suya me encanta, la sacó mi hermana y me la mandó cuando yo estaba en madrid)
sigo cansada, no sé si del viaje, del dolor de espalda perpetuo o del calor. así que voy a reencontrarme con mi cama, que está cumpliendo con todas mis expectativas. mañana será otro día. otro día de sol, de familia y de tranquilidad en casa. me gusta estar acá y sentir que la brisa fresca atraviesa mi cuarto. me gusta que mamá le compró tres jazmines a uno de los que venden en los semáforos. me gusta haber visto a mis amigos hoy, haber caminado el barrio de toda mi vida, y haber encontrado a michelle hambriento y acalorado y solito, y poder mostrárselo a mamá que lo buscaba preocupada desde la terraza. me gusta el olor del aire y el ruido del viento. se siente fresco y ligero. como mi humor.
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