Ella se arrastra y se revuelca. Se trepa, se arrebata, se enrosca. Ella es la corrupta y la loca. La que recorre despacio el camino de lo que se pudre. Ella es la depravación con la boca seca y los ojos afinados buscándote.
Y vos sólo sos la presa. El que se deja morder.
Pobre de ella.
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