viernes, 30 de diciembre de 2011

agua y papel picado

Se acaba el año y en la Ciudad Vieja pocos trabajaron hoy. El informativo muestra las calles sepultadas bajo hojas de agenda y papelitos, y la gente que corre para no ser empapada por los baldazos de agua que tiran desde los edificios. Todo bien con el festejo, pero convierten la ciudad en un basural. Sólo el agua sería más lúdico y menos enchastre.

Además, no sé por qué, hoy la intendencia decidió que no abrían las cajas, por ende todos los trámites que requieren algún tipo de pago (o sea, todos los trámites) no podían gestionarse. Así que sigo sin tener libreta para manejar. Y después de hacer tiempo durante dos horas con Steve Jobs en el McDonald`s de la peatonal Sarandí, me fui hasta la Caja Profesional que abría 12.15, pero claro, los funcionarios habían decidido hacer paro y asamblea, así que me quedé sin inscribirme ahí también. Supongo que unos días más de retraso a los ya alrededor de 400 que llevo desde que mi madre retiró mi título de Licenciada no van a hacer mucha diferencia. Pero el hecho de que todo funcione tan para atrás es lo que más me molesta.

Así que me voy al campo sin libreta y bastante saturada de esta pelotudez que tiene el país encima. No creo que nada cambie en el 2012, sólo cruzo los dedos para que algún día pueda terminar mis putos trámites.

Feliz fin de año Uruguay, aunque hace rato que estás para la joda... 


jueves, 29 de diciembre de 2011

monotevideo

Aquí estoy, otra noche más en Mvd. Comiéndome poco a poco el libro de Steve Jobs (el libro sobre Steve Jobs más bien), sin laptop propia hasta nuevo aviso, y para variar, con la panza a reventar por otra cena con amigos. Pero algo ha cambiado: ahora tengo cédula de identidad así que casi vuelvo a ser un ser humano. Espero que mañana sea una homo sapiens completa cuando consiga la libreta de manejar, me apunte en la caja profesional, y el médico me diga qué diantres tengo en la rodilla.

Todavía queda mucho para hacer antes de embarcarme al verano, mañana a medianoche, en un bus directo a la loma del orto, entiéndase por tal el paraje Diego Lamas, en pleno corazón de Artigas. Tengo ganas de ese otro tipo de soledad, poblada de ruiditos campestres, sol abrasador y siestas. Y si de a ratos comparto un paseo en camioneta, una tarde de alero o una vuelta a caballo con alguien de mi familia, no creo que necesite mucho más.

El tiempo deja de importar por esos lados. Y quién soy yo también.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

welcome to the tercer world



No es que ahora que viví un tiempo en Europa me siento indigna de vivir en este país. Para nada. Siempre amé el Uruguay y no reniego de dónde soy, de hecho agradezco haber nacido donde naci y podido conocer tanto de este rinconcito de América del Sur. Adoro profundamente lo que es esta tierra y la gente que la puebla. Me gusta nuestro idioma y congenio bien con la idiosincracia. Me alegro de vivir en Montevideo y sobre todo de poder escapar cada tanto hacia el interior profundo. Y durante todos estos meses extrañé cada día lo que significa tener a mano el Río de la Plata, el campo y la calidez de ser poquitos y conocernos tanto. Lo que no significa que me vuelva ciega frente al estado calamitoso en que se encuentra Montevideo, e inmune al sentimiento de inseguridad perpetua que parece inundarlo todo. 

Hoy visité a mi ahijada de la Fundacion Niños con Alas en su casita en La Teja, más bien en un barrio que se llama Tres Ombúes. La familia había reformado la casa, cambiando las habitaciones, que estaban al frente, por la cocina y el salón, porque decían que día por medio había disparos, y que se sentían más seguros durmiendo en el fondo. Apenas tienen recursos para los gastos más básicos, pero habían tenido que comprar una especie de puerta con rejas para proteger la nueva zona de estar. 

Yo nunca he andado por la vida con miedo a que me roben. No soy de las que cruzan la calle cuando ven a alguien "con fea pinta" en la misma vereda. Me niego a ir por mi propia ciudad esperando a que alguien me apunte con una navaja y me arrebate la cartera. Pero desde que llegué, no hacen más que contarme historias de ese tipo. Asi que ahora estoy como esperando que me pase algo. Y es patético vivir asi. 

Mi padre se ha cansado de arreglar los vidrios reventados del auto, las puertas forzadas, hasta le robaron los documentos del vehículo, sólo para hacer daño. Mi hermana parece que va con un imán pidiendo asaltos, porque todas las semanas tiene algún encuentro extraño en el que le sacan alguna cosa. La señora que trabaja en casa tuvo que mudarse después de que le desvalijaran todo el apartamento más de una vez. Y así sucesivamente.

Además, el centro de Montevideo da un poco de miedo. Los edificios están más grises que nunca, más abandonados, tétricos, feos. Las calles acumulan papeles, colillas, chicles, fruta podrida, bolsas de plástico. El tráfico es un maniático desorden, y siguen pululando los carritos tirados por caballos, o por personas, que se asoman en cada contenedor de basura. Las mafias de pibes de dudosa calaña atosigan a los conductores en cada semáforo. Básicamente te lavan el vidrio a prepo. Y a la gente en general la veo más pobre, más descuidada, más tercermundista que nunca. Y eso que yo no me considero nada exquisita. Pero todo parece ir bastante en decadencia. Lo gris se hace más gris, y hay espacios de negrura extrema. 

Me encanta mi país, mi ciudad, mi casa. Pero veo que en un año casi nada ha mejorado, y en cambio todo parece ir peor. Con ritmo ágil, nos encaminamos al subdesarrollo sin escalas.



martes, 27 de diciembre de 2011

setenta y ocho

Si yo llego a vivir esa cantidad de años, me consideraré bastante longeva. Si encima los vivo tan fructíferos y ricos como mi abuelo, creo que me consideraré afortunada. Si además los festejo rodeada por mi familia, soplando una vela hundida en mousse de dulce de leche y brindando por unos cuantos años más, creo que no necesitaré nada extra. Y si todavía tengo ganas de aprender a usar un ipad, la consciencia clara como un cristal y el cuerpo me responde para seguir jugando al tenis, me sentiré feliz.

Chin-chín por muchos años más de ejemplo, Gran Papá.


lunes, 26 de diciembre de 2011

letanía

El blog está un poco olvidado sí. No es abandonado la palabra. Es olvidado porque no hay rutinas, y escribir ha perdido el espacio geotemporal que tenía en mi vida. Ahora sigue siendo una necesidad, pero no encuentro cuándo desagotarla. Y a la hora que lo encuentro, estoy muy cansada. 

Mi tío quiere que empiece una novela autobiográfica. No le dije que ya lo intenté, y que me salió una mierda que fui incapaz de terminar. Escribir una novela es quizás uno de los objetivos más importantes de mi vida. Creo que va a llegar en algún momento, pero ahora no me sale. Tengo que poder contar otra historia que no sea la mía, y no sé cómo encarar eso. 

El blog, mientras tanto, sirve para que la escritura no muera. La única consigna es escribir algo cada día. Hay épocas florecientes. Hay otras de duro trajinar. Hay otras agónicas. Olvidadas, como esta. Ya llegarán nuevas cosas que decir, y sabré dejarlas mejor dichas. De momento, esto parece ser lo que hay.

sábado, 24 de diciembre de 2011

so this is christmas


Aquí estoy en mi casa montevideana, a la que es fácil acostumbrarse, aunque la vida acá me sigue rechinando un poco. A veces "no me hallo". No sólo en mi casa, en la ciudad toda, entre la gente toda. No sé a dónde diantres pertenezco. Si no fuera porque me perdería el verano y porque a partir de hoy y hasta por lo menos mediados de enero el país se pone en standby, empezaría ahora mismo a trabajar. Necesito hacer algo conmigo misma. Necesito poner las piezas del puzzle en los lugares que les corresponden, y de momento es todo bastante caos. O no caos, pero incierto. Quizás lo que me hace falta es encontrar mi lugar en el puzzle, y no veo que vaya a suceder eso de momento. Madrid era al final una rutina de seguridad. Y ahora no está, y hasta mis cosas de toda la vida me parecen raras de a ratos. No logro hacer clic. No me quejo, estoy muy contenta de estar donde estoy. Sólo que todavía no estoy del todo cómoda. Aún no entiendo qué estoy empezando de cero y qué retomo donde lo dejé. No llego a ver qué está dañado por la ausencia. No sé si piso firme. No sé bien quién está, o para quién estoy. No tengo idea de quién cuenta conmigo, o me asusta ver que muchos ya no lo hacen. A la vez, me tranquiliza descubrir que la vida siguió casi inmutable. Que mi familia sigue hablando de las mismas cosas alrededor de la mesa. Que mi abuelo hace bromas parecidas, que mis primos no me odian y se acuerdan de mi nombre, que a mis tíos les caigo igual de simpática. Y sin embargo, mi otra abuela está casi igual, pero parece infinitamente más vieja. Y las calles parecen más sucias. Y la gente más descuidada, más abandonada, más pobre. Y la sensación es de inseguridad latente, cruda, y de diferencias abismales entre unos y otros. Me encontré con un Montevideo más tercermundista que nunca, creo. Una Navidad un poquito más indiferente. Me parece que cada año todos quieren que las fiestas pasen más rápido. Mejor dicho, quieren que ya hayan pasado. No sé. A mí me gustó mi Nochebuena. Me hizo sentir que, por lo menos en la familia, no me perdí de tantas cosas. Cada año me importa menos la comida y los regalos. De hecho, este año pensé que ni siquiera habría regalos para mí, porque mi gran regalo es esta compu desde la que estoy escribiendo, y lo recibí apenas pisé mi casa. Pero no, tanto mamá como mis hermanas pensaron en dejarme alguna cosa extra. Y mi abuela siempre sale con alguna sorpresa. Y la comida estuvo bien, pero mejor estuvo la charla. Y no ver los fuegos artificiales de las doce, porque estábamos todos cenando juntos. La verdad es que la felicidad no estaba explotando en el cielo en lucecitas de colores, sino adentro, en el comedor, en esas dos mesas distintas alineadas y el cambalache de sillas de todos los tipos que nos acogieron en una especie de ronda cuadrada de lo más heterogénea. No sé dónde encajo, en qué ciudad o qué país o qué lado del mundo, si es que en algún lado encajo, pero estar en familia, así, en dulce montón grande y desordenado en torno a una mesa, me hace olvidar de eso y sentir que soy parte de algo caótico y mágico. 

Navidad es y siempre va a ser familia para mí. Y creo que por eso me gusta tanto. 
Feliz Navidad.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

lunes, 19 de diciembre de 2011

un día robado

Hola Madrid, sigo por acá.

En este preciso momento debería estar por remontar vuelo pero no. Estoy en mi casa de los últimos diez meses y pico, en la compu de mi soon to be ex-compa de piso (la mía quedó knock out), con la misma ropa que llevo hace tres días porque mis valijas están todas armadas y cerradas (a presión), y con la suerte (mejor verlo así) de haber aprovechado la tarde que me regaló la cancelación repentina (pero no inesperada) de Aerolíneas Argentinas.

Necesitaba ese desahogo de le pain quotidien (no tanto mío, quizás) para que se barriera la mierda un poco, y volver a creer en esa amistad que ha significado gran parte de lo que fue Madrid para mí. Necesitaba el frío intenso que empieza a apropiarse de las calles para valorar el abrazo, y empezar a añorar la compañía. Y necesitaba las lágrimas también, y poder sentir que se descargaba esa cosa horrible que me pesaba en la espalda. Creo que he encontrado a alguien extremadamente especial. Sé que no siempre he sido la persona más fácil, también sé que muchas veces la dificultad ha sido mutua, pero me gustaría que aprendiéramos a lidiar mejor con nuestros temperamentos de ahora en más. Porque espero que haya mucho más, aún con diez mil kilómetros de por medio. Esto acaba de empezar, ¿no?

Agradezco este día extra, a pesar de las incomodidades de transporte que me implicará mañana (y pasado). Agradezco estos catorce meses acá y todo lo que me llevo, que es muchísimo más que cinco valijas de tamaños variados.

Espero que la próxima vez que escriba sea desde mi casa uruguaya. Pero nunca se sabe. Mientras tanto, no me disgusta nada estar acá, en mi otra casa, con los amigos de este lado del océano.

viernes, 16 de diciembre de 2011

the end

Punto y aparte de mis cinco meses de trabajo en esta maravillosa empresa. No tengo palabras para agradecer lo especial que me hicieron sentir hoy, y la paciencia y cariño que han mostrado siempre conmigo, sobre todo al principio, cuando no creía que hubiera muchas cosas para mí en este departamento, y sobre todo al final, cuando ya estaba casi a mis anchas y seguía aprendiendo a pasos de gigante.
Me llevo mucho más que un reloj rojo y una tarjeta firmada por todos. Ha sido un verdadero placer.

jueves, 15 de diciembre de 2011

cambio y fuera

Hay un vacío, creo que lo hubo en toda la noche. Esa bolsa de aire llena de todas las cosas que no se dicen. De a ratos me daban ganas de reventarla, y que saliera todo. Pero nada va a cambiar. Así que apenas la desinflé y me conformé con hablar de lo otro, lo incontaminado, aunque todo lo está de alguna manera. No sé si nos sirve o no. En el fondo me quedé con ganas de que me abrazaras. Pero no entiendo lo que significa ya que me abraces. Así que lo mejor fue irme casi con urgencia. Y que cuando llegaran las lágrimas tú ya no pudieras verme.
Nos olvidamos del sometime. Siempre estaba el somehow y el somewhere, pero no se nos ocurrió que era más importante coincidir en el tiempo. Ahora el tiempo se extiende como una lonja infinita, pero en direcciones opuestas. Por lo menos no habrá vacíos imposibles que digan más que lo que sí decimos.
Lo que no pude expresar en ese momento del postre fue que te voy a echar de menos sí, pero nunca tanto como en Madrid. Y que es irónico que ahora que me voy te sienta más cerca que en estos meses en que estábamos recorriendo las mismas calles. Dolió y todavía duele buscarte en cada esquina. Pero ya se me va a pasar.
Me guardo lo mejor de tí y lo mejor de mí contigo, que fue muchísimo. Y la forma en que tus dedos se quedaron con mi mano.
Hasta dentro de unos meses o años, hasta sometime.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

vértigo

Hace un mes comprábamos las entradas para el Cirque du Soleil. Hoy ya lo vimos. Me gustó mucho, aunque me lo esperaba aún más grandioso. No hago review porque escribir desde el blackberry es un suplicio al que hoy no tengo ganas de someterme. Se acerca el fin, estos días son una montaña rusa de extraña normalidad. Todo se acaba en nada. Y a la vez todo sigue. Como leí hoy en "Desgracia" de Coetzee, cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual. No sé. Hay muchísimo que no entiendo. Se cierran cosas que me gustaría que siguieran un rato más, y se quedan cosas en standby de las que necesito alejarme, al menos por un rato. Creo que lo que más quiero es dejar de oírme a mí misma en el bullicio de los ruidos que extraño. Siento un montón de cosas juntas que no alcanzo a definir. Tristeza, nervios, nostalgia, ganas, y una especie de excitement latente, agazapado, que se va a liberar cuando las ruedas del avión toquen la pista de Carrasco. Quiero que llegue ese momento, pero ojalá Madrid estuviera más cerca y volver no significara siempre instalarse o pasar fugazmente. Por ahora compro regalos y me dedico a empezar a extrañar a los que todavía tengo a mi lado. De alguna forma mi vida siempre va a tratarse un poco de eso.

martes, 13 de diciembre de 2011

25 and laptopless

desde el domingo he empezado a vivir la curvatura hacia abajo de la vida (oh sí), ya que ingresé en el cuarto de siglo vivido, y por ende además de sentirme vieja, creo que lo soy. pasé un día ameno, sólo estropeado por algún extraño bicho berlinés que viene causando ronchas molestas y enormes desde el miércoles. comí con un amigo con el que necesitaba ponerme al día. nos pusimos las botas, como dicen acá, y después dormí una siesta interrumpida por llamadas geniales de gente que extraño. y más tarde cené con mis compañeros de hogar, a los que cada vez quiero más.

ayer mi nueva madurez (?) me hizo tomarme con paciencia el hecho de que mi pc se apagara unas cuantas veces, y después, en algún momento, la muy pilla se rebeló y dijo que hasta aquí llegó su amor. no me dirigió la palabra hasta hoy de mañana, cuando después de un rato de intentar conseguir alguna respuesta me soltó un "operating system not found" con fondo negro, y yo tuve que venirme a trabajar.

así que estoy escribiendo esto desde mi mega pantalla de ordenador laboral, donde toda la oficina puede leerlo si quiere. pero no quieren porque se fueron a comer casi todos. mañana voy a intentar resucitar a la señorita hp (h de p?) y sino, entenderé su inactividad como un suicidio pasional, es decir, como una manifestación de que le gustó tanto madrid que no quiere irse nunca de acá, y la abandonaré.

y no me duele tanto en el alma porque sé que me espera una Señora Toshiba en uruguay, e iniciaremos un nuevo affaire, más sereno y avanzado que este que hoy se acaba. aunque sin olvidarme que con hp he realizado algunos de los trabajos académicos más importantes de mi vida. pero me salió muy turra la mina, y me fue infiel bastantes veces. un par se fue con un virus cualquiera, después quemó el disco duro (una loca de manicomio), ahora a cada batería que le ponía la dejaba estéril, y nunca se llevó bien con windows 7.

lo nuestro no podía ser, evidentemente.

domingo, 11 de diciembre de 2011

abstract

No son las más representativas ni las mejores. Pero son algunas de mis fotos preferidas de cada destino.

Praga, República Checa.


Berlín, Alemania.


Ámsterdam, Holanda.

viernes, 9 de diciembre de 2011

desde amsterdam con carinio

Me gusta mucho esta ciudad, quizas la que mas de este combo que elegi para visitar antes de escapar de europa. Tiene un aire juvenil y a la vez sofisticado, y eso de las bicis es tremendo. Me encantaron los canales y las casitas apiniadas y apuntando al cielo, es un manojo de calles que invitan a perderse en ellas. Ademas es muy comercial, y esta todo eso del red light distric que impresiona un poco (pero en el fondo te deja el sabor amargo de lo patetico al recorrerlo), y las coffee shops donde cuando alguien abre la puerta se escapa el olor a porro, como si ya no hubiera más lugar para tanto aroma ahi adentro. La verdad es que el olor a marihuana no me gusta, pero uno tiene que acostumbrarse a encontrarlo con normalidad en esta ciudad. No es ni ahi lo mas importante ni lo mas notorio ni lo mas wow de Amsterdam, y aun asi creo que es una de las principales razones de por qué esto está lleno de turistas veinteanieros. Pero bueno, creo que es a lo que menos pelota le di, porque me gusto mas concentrarme en ver y palpitar la ciudad, su ritmo de pedal y tranvias, el viento colándose entre los canales, las enredaderas en las paredes de ladrillo, los puentes, los barcos llenos de turistas que pasan por abajo, y la decoracion de las vidrieras. Tambien me gustó el Rijksmuseum o como se escriba, pero sobretodo es inigualable el museo Van Gogh, que bien vale los 14 euros que cuesta entrar. A veces me hubiera gustado pasar más rato explorando callejuelas y rincones de Amsterdam, pero las manos heladas y la cara un poco insensible de frio pedian a gritos algo caliente, asi que muchos de los ratos de Amsterdam fueron mirando por la ventana de un bar y en una especie de panaderia muy coqueta y nada presuntuosa. Cuando eso está acompaniado de una sopa de tomate, uno puede pasar horas mirando pasar las bicis de todos los colores y formatos por el puente y los barquitos por el canal.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

berlin pasado por agua

hoy no aguantaron la lluvia y el frio, y se descocaron bastante... pero los que si aguantaron fueron mi abrigo y mis botas [grandes inversiones]. fuimos al reichstag pero resulta que hay que reservar la visita con antelacion por internet, asi que no pudimos entrar. despues vimos el tiergarten, y subimos a la columna que hay en el medio, desde donde se ve el parque y en sus extremos, la ciudad rodeandolo. de ahi nos fuimos a la parte centrica de lo que era el berlin oeste, algo asi como kurfursterdam [no se reproducir exactamente los nombres de las calles, puede ser un horror lo que acabo de escribir]. llovia y llovia, asi que caminamos un poco por ahi, y despues en metro nos fuimos hasta checkpoint charlie, donde nos refugiamos en un mac [curiosamente hay un mac al lado de checkpoint charlie, muy patriotico y capitalista], nos sacamos la foto ya bajo el agua y anocheciendo, y volamos en metro a la museuminsel otra vez, a ver el altes nationalgalerie y el altes a secas. me gusto particularme la salita que hay de impresionistas en el primero, y la curiosidad de una salita dedicada al amor, en el que hay una coleccion muy graciosa de anforas y cosas griegas con imagenes sexuales, es decir, un porno explicito en vasijas y estatuitas, que uno no hubiera imaginado que gente tan culta bebiera vino de jarras con esos dibujos. es probable que fueran tan cultos justamente por ese tipo de apertura mental... de ahi al mejor museo que he visitado en este viaje y en casi todos los que he hecho, el DDR, que significa en aleman Republica Democratica Alemana, o sea, la parte sovietica de Alemania entre 1945 y 1990 aprox. fascinante la informacion [redactada con sentido del humor, y anecdotas muy ricas], o sea que pase mucho tiempo leyendo ademas de viendo las cosas que habia para ver, que tambien eran un monton, desde autos de la epoca, hasta un prototipo de apartamento amueblado, una celda de carcel para opositores, un equipamiento de espionaje, y despues, desde juguetes hasta armamento militar. lo mejor era que estaba diseniado para que todo fuera tocado, explorado, fotografiado, oido y analizado, muy pero muy interactivo, colorido y genial. 10 puntos para el DDR. y de ahi a la zona de boliches y bares cerca de donde estamos alojadas, donde "tomamos una cerveza" [yo no porque sigue sin gustarme, tome una coca cola rara de una marca graciosa], y de ahi al hostel a baniarnos con la mejor ducha de europa [mucha presion y muy caliente] y dormir en la mejor cucheta que he probado, que incluso te la tienden, algo inedito para los hostales, especialmente por 12 euros la noche. gracias a mis abrigos tengo salud, asi que voy a seguir aprovechando este viaje, y amsterdam promete minimas de 5 grados, un calor barbaro para lo que venimos viendo, porque aca 5 grados es la maxima, y aparentemente hoy estuvimos lejos de rozarlos. danke mama por ese abrigote de cuero macizo, y danke papa por esa tarjeta de credito que me habilito la compra de las timberland.

martes, 6 de diciembre de 2011

berlin sights

Veniamos bien de frio pero a veces se siente. Estamos con maximas de 4 y minimas de 0, asi que cada tanto dejamos de sentir las manos, y algunas cosas sufren, por ejemplo la cantidad de fotos que sacamos. Pero igual aprovechamos el encuentro con el muro de Berlin, Alexanderplatz y despues nos refugiamos un rato en los museos de la Isla (el de Pergamo y el Neuen), donde ademas de ver a Nefertiti tome un descanso y una siesta en los sillones del guardarropa. Despues, ya de noche (pero eran apenas las 5 de la tarde) caminamos hasta la puerta de Brandemburgo, y Potsdamerplatz, que estaba con mucho movimiento, donde un McDonalds nos acogio para una especie de almuerzo-cena, porque desde el desayuno buffet del hostel que veniamos sin comer (vale la pena pagar los 5 eurillos que cuesta). No pude convencer a mi companiera de ruta para patinar sobre hielo, pero capaz que maniana si. Tambien nos reimos un poco y peleamos un poco, que es bien normal, y compramos un pantalon de piyama. Un dia redondo en Berlin.

lunes, 5 de diciembre de 2011

bye prague, hello berlin

Dia lluvioso y soleado, frio pero con trazas de chocolate caliente y siestas de bus.

La gestapo nos reviso el dni cuando entrabamos a Alemania. El mio hasta lo golpearon a ver si era de verdad. Constantin y su mujer lo pasaron peor. Eran dos de los seis pasajeros de todo el omnibus, incluyendonos a nosotras. Aparentemente al policia calvo aleman no le gusto mucho su gitanez. No entendimos bien que paso, pero fue comico. Nos elaboramos una historia en base a los tonos de voz, porque el idioma, que no sabemos si era checo, aleman o tahitiano, es una barrera infranqueable. Aparentemente la mujer de Constantin era de las mas buscadas de interpol, segun una foto en blanco y negro que mostraban los policias. Ella lo nego, y todos se rieron, y seguimos viaje. Pero fue una cosa inexplicable, ahi en medio de la noche y de la nieve y de la nada, surrealista, casi de la Guerra Fria.

Voy a soniar con eso ya mismo, y con vivir en la Alemania Federal [que es donde estamos, al lado de la parte mas entera del muro]. El hostel parece un hotel, lo recomiendo. Se llama Plus Berlin. Encima estamos solas en la habitacion, lo cual nos permitira dormir sin ronquidos ajenos [otra anecdota de la primera noche en Praga, que tuve que curtir a almohadonazos a uno para que nos dejara dormir, pero ni se inmuto. Al final termine bajandome de la cucheta y sacudiendolo, pero tambien sin exito.]. Maniana toca asimilar nuevo idioma, pero poco a poco el viaje se va volviendo mas comprensible. Creo que pocas cosas deben de ser mas dificiles que el checo!

Auf wiedersehen.

domingo, 4 de diciembre de 2011

desde praga con amor

Hoy me siento feliz con el mundo.

Praga me ha dado mucho mas de lo que vine a buscar.
La ciudad en si me gusto muchisimo, especialmente las vistas y los detalles, y claro, la plaza convertida en Navidad pura, que parecia de cuento de hadas incluso bajo la lluvia.

Pero lo que de verdad me llevo de esta ciudad fue la compania, las charlas y los ratos compartidos. Me siento completamente bendecida por los amigos que tengo. Me doy cuenta de cuanto extranaba a algunos y cuanto voy a extranar a otros.

Estoy feliz y fue un gran dia. No hace falta decir nada mas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

expreso polar

Mi cuarto quedó vacío, mis cosas están apiladas en una habitación temporal, y a la valijita violeta que viajó por medio mundo todavía le aguantan las ruedas para unos destinos más, espero. Ya está llena de lo que consideré abrigo, ya están los boletos impresos, ya está todo listo para partir hoy rumbo a Praga, y seguir vagando por ciudades europeas durante siete días.

Mi cabeza ya está vacía de todo. No sé muy bien qué veré, pero ojalá me sorprenda el camino, como lo ha hecho todos los últimos viajes. No prometo escribir, pero voy a intentar reportar cada tanto algo de mis vivencias. Esta vez tengo buena compañía, y un encuentro en República Checa, después de muchos meses. Está todo preparado para disfrutar del último viaje europeo.

Ahí voy, al frío y la aventura.


viernes, 2 de diciembre de 2011

posdata

Hubiera querido ser un poco más cordial. Pero cuando no me sale, no me sale. Y la cordialidad la siento ahora, unas horas después, cuando estoy en calma. Te deseo lo mismo que tú a mí, y no quiero ningún tipo de promesas. No soy de las que prefieren no saber, pero esta vez guardátelo todo. Ya no quiero entender. Ni llorar. Ni siquiera olvidar. No quiero nada que empañe apenas un poco la paz que tengo por las cosas que he decidido. No quiero verte porque nada va a cambiar, y no creo que surja una amistad a raíz de un rato hablando de algunas cosas, y esquivando enormes lagunas de temas que acechan, y que están más presentes que la conversación misma.

No quiero verte porque en realidad sí me gustaría. No quiero hablar contigo porque es demasiado fácil, demasiado natural. No quiero acostumbrarme ni un segundo a cosas que voy a perder de inmediato, que de hecho ya he perdido, y que cada vez creo que me duele más perder. No hoy, cuando las cartas están demasiado repartidas, la mitad sobre la mesa ya, y sé que las circunstancias me van a ganar aunque tenga un par de ases, que no los tengo. Así que mejor no apuesto y me guardo las fichas para otra jugada, una que no esté tan cantada, y en la que la suerte esté un poco más de mi lado. Sé que si te viera se removería todo más, se complicaría más, y algo se seguiría rompiendo, no sé en quién. Por tu forma de hablar, calculo que sólo se rompen cosas en mí. Si es que las ilusiones son cosas. (Yo pensé que ya no quedaban.)

No te odio, no te recuerdo mal, no te quiero quitar de mi vida para siempre. Hace rato que decidí que no hay que hablar de nuncas y de siempres. Hay que hablar de hoy y un poquito más adelante. Hoy, y un poquito más adelante, no quiero ser tu amiga. Si encuentro a alguien que me importe más que tú, y que me cambie el ángulo de percepción del mundo, entonces puede que no me cueste sentir amistad. No sé. No hago planes. Hoy me conforma saber desde lejos que estás bien, y hacés lo que podés para ser feliz. Sé lo que valés. Sé que serías el mejor amigo del mundo. Perhaps someday.

Hasta que tus circunstancias vuelvan a encontrarse con las mías. Mientras tanto, seguiremos existiendo por ahí. No estaremos muy cerca, pero el cariño no desaparece.

jueves, 1 de diciembre de 2011

wtf



Era una promesa irreal. Casi había conseguido olvidar su sabor. Estaba contenida, guardada en uno de esos envases con tapa hiper hermética, y en un armario oscuro, donde apenas afloraba cuando algo gatillaba un recuerdo. Me da un poco de rabia que con un mensaje raro rompas todo y desintegres el tupper. Me da un poco de rabia que lo hagas ahora, con lo que me costó cerrarlo. Con lo que todavía me cuesta. Capaz que era lo que hacía falta para ver que el contenido ya no tiene tan buena pinta. O aunque la tenga, quizás prefiero estar a dieta. Quizás prefiero no probar ni un bocado más. Porque no creo que después haya postre, y me esperan en alguna fiesta. O no me esperan, pero ya da igual. No es tarde. Es tardísimo.