viernes, 29 de octubre de 2010

mini reporte

sin internet aun pero creo que con piso. en barcelona, muy bello esto. me reporto a futuro.

miércoles, 27 de octubre de 2010

clases, casas y cosas













estoy por cumplir una semana en Madrid. Una semana de bastantes cosas. Aunque recién ayer sentí que estaba para quedarme. Antes andaba un poco como flotando, sin darme mucho cuenta de nada. Ayer entré a la sala de conferencias del centro donde se da el máster y vi que había unos cuantos más como yo, medio perdidos, medio curiosos, medio asustados. Pero la primera impresión fue muy buena. Pensé que iba a ser mucho más chica que mis compañeros de clase, pero no. Rondan los 25 años la mayoría. Y no sabía bien con qué me iba a encontrar, pero todo resultó súper accesible y ameno. 24 alumnos, sólo 6 de ellos son hombres. Nos presentamos un poco. Todos españoles (pero como que fueran de distintos países, porque no dicen “soy española” sino que son de Bilbao, o de Galicia, o de Barcelona), excepto una brasilera, una hondureña, una venezolana, una colombiana y yo. Y ya de pique nos dividieron en grupos: todos grupos de 5 excepto uno, que es de 4, en el que pusieron, para equilibrar, a los que los profesores y la coordinadora del máster consideraban “los más fuertes”. Y me metieron a mí ahí adentro, con un chico y dos chicas españoles, que son bárbaros, pero bueno, es raro. Ya tenemos que pensar un nombre para “nuestra agencia”, un logotipo, y distribuirnos los roles creativos (creo que ligué ser directora de arte gracias a mis muy básicos conocimientos de photoshop y demás programas de diseño). Y después de las presentaciones, las normas, y alguna que otra cosita, todos a la cafetería que nos invitaban con el desayuno. Y después del desayuno, “pues vamos a tomar unas cañitas”, dijo una, y fuimos a un bar ahí a la vuelta, donde algunos tomaron cerveza (caña igual cerveza) y otros nada y seguimos charlando un poco. Un primer día muy light y súper adecuado para empezar con el pie derecho el año académico más curioso de mi vida (hasta ahora).

Y el segundo día ya fue más normal en lo que a clases respecta. Tuvimos a dos profes. El primero me pareció fantástico. Habiendo dormido muy poco y con un resfrío imponente, pude llevar la clase sin cabecear. Con el segundo profe no me pasó lo mismo, pero también era excelente explicando, sólo que el tema era más aburrido (la historia de la publicidad, pero desde la antigüedad… tan viejo no es muy divertido). Y después de eso, a buscar piso. Llamé a varios pero sólo uno estaba disponible, y lo voy a ver ahora mismo. Y a la vuelta del curso me distraje por unas zapaterías y bueno, tengo botas grises nuevas. Y ayer invertí en championes nike, y un jogging adidas (nunca tuve un jogging tan cheto… tan pijo se dice acá). Y busqué palos de hockey pero medio que no existen, tendré que averiguar dónde se compran, pero primero quiero que me responda el entrenador del equipo con el que me había escrito mails.

En fin. Espero que este piso que voy a ver (que es muy cerca del máster) sea el definitivo, y que las botas grises me den suerte para eso. Y que el broncho vaxom me cure este resfrío y prevenga los que me puedan amenazar en este invierno que empieza. Hoy apliqué bufanda y guantes de mañana. Y me di cuenta de que mi bufanda es una mierda. Me voy a tener que comprar una creo… que haga juego con mi tapado verde y mi tapado rojo (jejejeje, es que el invierno me dio miedo entonces tuve que invertir desde ya). Eso es todo por hoy. Me voy volando a ver el piso. Voy a intentar acordarme de entrar con la bota derecha. Quiero casa. Ya.

lunes, 25 de octubre de 2010

domingo en madrid


Domingo en madrid. Hay sol y mucha gente por la calle (as usual, pero hoy con aire feliz). Anoche me impresionó la puerta del sol, estaba repleta, no sé si de turistas o qué, no sé si regalaban algo o siempre es así.


Tengo que aprender muchas palabras. No puedo decir nabo ni cola ni tranca (acá significan pene). No puedo decir cuadras, son manzanas. No puedo decir auto, es coche. Celular es móvil. La ropa es un misterio: un saco es una rebequilla, una campera es una cazadora, una pollera es una falda y una bombacha es unas bragas –qué palabra horrorosa-. La comida es chino avanzado. No puedo ni traducir porque no sé qué es nada. Las frutas se llaman todas distinto. Y tienen una mega variedad en el sentido alimenticio. O sea, una tapa puede tener como 10 ingredientes (y yo no distingo la patata del bacalao ni del queso de cabra). Me comí un tentáculo de pulpo (con ventositas y todo, algo bastante impresionante). Me cuesta seguirle el hilo a una conversación entre eshpañoles de eshpaña. Hablan rápido y cerrado y su pronunciación de la S es nefasta para mi comprensión. Y si dicen chistes internos, y en un bar repleto donde hay que gritar para que te oigan, doy toda la impresión de ser sorda y tonta, y no se equivocan mucho, porque la verdad que cazo una de cada cien palabras. Iré aprendiendo supongo…


Mientras tanto trato de mimetizarme. O sea, sin abrir la boca. Recorro la ciudad y casi parezco de acá, hasta que hablo o tengo que mirar el mapa en una esquina. No entiendo el tráfico, pero el metro es fácil. Sol y sus alrededores ya son mi barrio. Tengo mi primer abrigo español, y junto con las medias can can, el must del invierno, hasta podría decirse que intento estar a la moda (es parte del blending in, no?). Ya aprendí que las servilletas en mc donald`s te las tenés que buscar tú (luego de engrasar el teclado varias veces… es que mac es mi templo de wifi mientras siga en el hostel). Ya aprendí que el peor frío es de mañana, y que de tarde está bastante mejor. Ya aprendí que aparcar el vehículo es un gran problema. Y aprendí que tengo que tener cuidado con los toquitos que hay en la vereda, sobre todo cuando estoy en babilonia y es de noche. A malos entendidos, a errores, a problemas y a golpes se aprende. Así voy.

(el morAtón, o cardenal, como se le dice acá. ahora está más lindo porque está violeta oscuro, bien llamativo. es la unica foto que me dio tiempo de subir)

viernes, 22 de octubre de 2010

hola madrid

hola madrid. sos una ciudad alegre. no sé por qué pero madrid me suena a flores y a música. más que nada a juventud. no la veo como una ciudad vieja, sino como una masa colorida y dinámica. abierta. simpática. “maja”. vas por la calle y todos se visten bien, con onda. cada cual en su vida, con sus móviles y sus coches y sus rutinas. starbucks y zara y fnac y vodaphone y el corte inglés y sitios de tapas y de cañas y discotecas y grandes vías y plazas y palomas y metro y museos y bancos y balcones. bienvenido a europa. pero una europa friendly, no cerrada y agria y vieja. hace frío sí, pero frío cool. por lo menos por ahora. es decir, frío no inhibidor, que no encierra a la gente. para ellos ni debe ser frío esto. debe ser sólo coolness. el frío en serio viene más tarde. pero me da la sensación de que no va a dejar de haber gente en las calles. madrid twenty-four-seven. es verdad que este tipo de urbes mega no duermen. y acá, los españoles de españa no son tantos. de hecho, mi hostel lo regentean unos… venezolanos? no sé, algo de eso. “chinos” les dicen los eshpañoles de eshpaña. pero son sudacas. como yo. está lleno de inmigrantes. y de turistas. por lo menos en esta zona. y el máster, o sea, el edificio del máster, y la gente del máster, me hizo sentir chiquita. en el sentido de mi edad y en el sentido de la actitud. es que la gente de traje me parece gente grande de por sí. aunque sean de mi edad, para mí el traje les da un aura de adulto en serio de la que yo carezco. o sea, el traje sería un disfraz para mí. la puerta del máster estaba llena de gente de traje fumando en la puerta. yuppies. algo así. espero que los de publicidad sean multilocos y freaks, así me sentiría un poco menos out. el lunes me daré cuenta. igual, ya sé cómo me voy a presentar. “hola, soy magda y soy uruguaya. sí, como forlán”. a ver si el ángulo futbolístico sirve para romper el hielo… ahora me voy a ver un piso. si me gusta, y me sirve, ya lo alquilo. no tengo ganas de buscar mucho. recién entraría a vivir ahí el 1º de noviembre, pero mientras tanto el hostel no está mal (bueno, barato y hasta bonito, o por lo menos, práctico y que cumple su función, excepto la falta de internet), y el finde que viene voy a barcelona. son 10 días de adaptación. llamémosle curso de supervivencia básico. vengo superviviendo bien. soy cra con los mapas (debo decirlo así porque es mi habilidad de supervivencia número 1). y mi look de turista boluda me protege de errores estúpidos (tipo no saber bien dónde comprar shampoo). y soy semi inconsciente. o sea, me mando, no sé muy bien por dónde, y de alguna manera llego a donde quería ir. miedo… no tengo mucho. por lo menos no de andar por la calle. lo único es que me duele la espalda de cargar la compu hasta el mac donde hay wifi gratis, y si entro a una tienda sueno, porque la compu suena, y me piden para verla los guardias de seguridad. un engorro. así que para suerte de los euros paternos todavía no entré mucho a tiendas. pero creo que hoy o mañana voy a hacer alguna pequeña inversión (pa, no leas esto, y si leés, hago hincapié en la palabra pequeña). y no hay desayuno en el hostel, obvio, porque sino no sería tan barato, pero la venezolana (que vive con el cónyuge en uno de los cuartos, y con por lo menos dos niños, porque una anda gateando por los pasillos, todos adentro del cuarto, que está lleno de cosas por lo que alcancé a ver, aunque el resto del hostel está re prolijo y limpio) me dijo: “ah, no, desayuno no tenemos, pero ustedes no toman mucho mate? eso puedes!” me hizo gracia, porque yo no tomo mate, pero que me sacara al toque como proveniente de la región rioplatense, aunque presenté el pasaporte español y todo… no hay forma de ocultarlo, no? en fin. me voy a hacer una segunda excursión, creo que sin la compu, aunque no sé… es que tengo que comprar algo si quiero usar internet. así que capaz voy más tarde. cambio los kilos de laptop por los de cámara de fotos. total, mi espalda ya está muerta. cuando publique esto capaz que tengo fotos. mientras tanto mi aliado es el word. y saber y ganar, el programa de tve, que mira mi abuela a con mi tía abuela f. por lo menos algo conocido en la tele. algo con reminiscencias de hogar. eso y la llama camila que me regaló papá de un viaje al norte argentino, que me mira con su cara de lana sin ojos desde la mesa de luz.

lunes, 18 de octubre de 2010

hasta pronto



me siento muy feliz.
amo a mi familia y a mis amigos. no siento que me alejo de ellos. de alguna forma están más cerca que nunca.
y ese GOD BLESS YOU que me deseas, creo que es innecesario, porque god me blesseó hace rato. te quiero mucho, nona, y tu apoyo me hace crecer. gracias!
y ojalá que mi camino esté lleno de esos momentos que nos hacen felices, amiga, y que se cruce con el tuyo muchas veces. espero que mi huella tenga otras al lado siempre, porque la compañía de ustedes me aliviana todas las distancias.
y espero aprender de esta "segunda oportunidad", tanto o más que lo que aprendí de la primera.
me voy pero me los llevo. espero que quieran venir conmigo. los quiero.

domingo, 17 de octubre de 2010

colecciono momentos

hoy fue día de despedidas familiares. pero en realidad la despedida sólo fue el saludo final, el resto fue igual que siempre. comimos strogonoff y helado y copetín y café y espero adelgazar en españa. mis padres trajeron mucho chocolate de su viaje a guatemala, además de otros regalines (mi colección tiene un nuevo caballo de madera, y con lo mucho que se ha ampliado en los últimos tiempos, ahora necesito más estantes). mis valijas están casi listas, con el kilaje adecuado (yo no pero ellas sí), y hasta me sobra lugar. me falta mudar mis cactus a la ventana de mi hermana, y quedarían listos mis trámites de exilio. me despedí de todos con un "nos vemos en diciembre". creo que no me olvido de nada, y mañana disfrutaré del último día acá como si fuera un lunes cualquiera. tranquila en casa, con alguna visita, y después hockey y cena de núcleo familiar en algún lado, para comer algo medio típico y rico (a partir el miércoles empiezo a vivir a sandwiches y ensaladas, quizás cocine algún huevo duro, pero no mucho más que eso, así que voy a aprovechar la última cena). me reencontré con las ganas y estoy en paz. "y que sea lo que sea".


caballo turco, comprado en el gran bazar de estambul


caballo tallado por mamá


caballo premio criadores nacionales, regalo de mi tía abuela F

caballo del norte argentino, traído por mis padres


caballo guatemalteco, traído por mis padres


caballo español, traído por mi hermana




caballo brasilero de buzios, traído por mis padres


caballo guatemalteco, el primero y el más grande de la colección, traído por mis abuelos

caballo griego, comprado en el plaka de atenas

caballo comprado en montevideo, regalo de mi abuela A

sábado, 16 de octubre de 2010

packing

por ahora no viene siendo tan complicado. ¿será que estoy llevando poca cosa?
todavía tengo tiempo, pero ya está casi todo bajo control.
estoy orgullosa de mi capacidad de organización.





"no eches en la maleta lo que no vayas a usar..."

viernes, 15 de octubre de 2010

peaceful sensations



sorry si estoy monotemática con el tema de la partida. si te jode, no leas. nadie te obliga a invertir tu tiempo en mi blog (pero yo te lo agradezco).
hoy me sentí bien. quizás sea que terminé todos y cada uno de los trámites que necesitaba para irme. o puede ser que cobré mis últimos trabajos fotográficos (el mes que cobré más de toda mi historia laboral en la universidad, pero igual tampoco es mucho). o puede ser que me despedí de mi compa de trabajo lu que es una fenómena, y sentí que de verdad había aportado algo desde mi mísero puesto de fotógrafa de eventos. es decir, que la puerta no se cerraba del todo y que me llevaba lindos lazos de la experiencia. también puede ser que me reencontré con un amigo del alma, y que sentí que no hay distancia que le gane a una verdadera amistad. que a pesar de todo sigue habiendo algo que nos une y que pensamos parecido en muchísimas cosas, y que lo que nos diferencia nos hace mutuamente entrañables. me gustó que se pareció más a una bienvenida que a un adiós.
no sé, cuando salía caminando de la universidad, mi recientemente ex casa de estudios, y más recientemente ex lugar de trabajo, cuando caminaba por el pasillo y salía por la puerta de atrás, cuando recorría por última vez el patio y veía los vitrales del aula magna, sentí la satisfacción del deber cumplido, el fin de una etapa muy linda, y tuve un presentimiento de que mis pasos se dirigen hacia otro lugar, sin olvidar de dónde vienen, pero un lugar nuevo al fin, promisorio y aventurero, distinto, dinámico y donde los que quiero que estén van a seguir estando, de una u otra manera.

se me vino una frase a la cabeza, muy tonta, de una canción de shakira:
"y va liviano, mi corazón gitano..."

jueves, 14 de octubre de 2010

algo ilusionada

hay días que estoy negada y hay otros, como hoy, que tengo ganas de estar allá. es más, estoy re segura de que voy a ser magdalena I de españa, es decir, reina de las tierras ibéricas, donde haré del reggaetón el baile preferido de mis españoles súbditos, donde existirá el dulce de leche y el pomelo paso de los toros (light), donde todos alabarán mi acento sexy y por ende acabarán utilizándolo (lo que hará que deje de ser sexy pero me ahorrará confusiones y malosentendidos), donde los fines de semana tendrán 3 días (los míos por lo menos... y eso es un hecho), donde el euro caiga hasta que los dólares que papá mande rindan tres veces más (esto difícil que sea un hecho), donde viajar es una patata y donde la juventud realmente existe.

a cuatro días, there is no turning back, y por lo pronto, no quiero que lo haya.

miércoles, 13 de octubre de 2010

negada

no me gustan las despedidas. no me gusta irme al invierno otra vez. no me gusta que aún no tengo alojamiento. no me gusta lo caro que sale todo. no me gusta que me pregunten si ya armé las valijas (obvio que no!!! si sigo viviendo acá! y usando mi ropa y el cepillo de dientes como siempre!). no me gusta que los del consulado español sean tan pasmados. no me gusta que estén haciendo días tan lindos justo cuando me voy. no me gusta mi foto del pasaporte. no me gusta que la gente se acuerde de mí recién ahora. no me gusta organizar eventos. no me gusto. no me gusta tener que ir a ancel. no me gusta abandonar a mich. no me gusta que papá y mamá no estén estos días. no me gusta el estrés.

ando en modo piloto automático en estos tiempos raros. quiero ir pero no quiero irme. lo de siempre. pero ahora a sólo 5 días...

martes, 12 de octubre de 2010

noche histórica






está por subir la cápsula con el minero ávalos adentro.
se está creando un pedazo de historia.
yo lo miro en directo por la television y lo leo minuto a minuto en portales de internet.
la polea gira, y la cápsula avanza por el túnel.
miles de cámaras de televisión son testigos de esa espera.
millones de personas como yo seguimos el momento desde muy lejos de la mina san josé, pero respiramos a la vez que los rescatistas.
chile aprovecha el marketing.
el mundo se mira el ombligo, literalmente, porque mira el agujero ese por donde sube el más hábil de los 33 hombres atrapados.
hay abrazos y lágrimas.
hay cientos de enviados especiales.
es un mojón impresionante en la autopista de las comunicaciones.
es un reality show de la esperanza y la humildad, de la gloria y el esfuerzo, de la patria chilena y sin duda el punto más alto del campañón de piñera.
es algo inédito en lo mediático. un fenómeno comunicacional impresionante.
el mundo no había visto nada así (o compra esa versión), y ahora no puede despegar los ojos del televisor.
y la película está tan diestramente montada, que no nos vamos a perder ni el más mínimo detalle.
contenemos el aire.
sale la cápsula fénix.
es el primer parto que hará la tierra en esta noche de símbolos.
los aplausos son espontáneos, sentidos. y sin embargo parece hasta demasiado fácil todo.
florencio ávalos vuelve a la superficie.
bienvenido al show.

lunes, 11 de octubre de 2010

mil cosas



después de un fin de semana lleno de sol y pasto, una cena multitudinaria en casa, reflexiones y amigos de verdad.


resulta que me plantée un desafío que no voy a poder cumplir. resulta que me siento bien y mal a la vez, que disfruto de las cosas muchísimo, pero entre ellas de la comida, y la autoindulgencia extrema sólo trae excesos en lo físico y en lo mental. así que no estoy cómoda dentro de mí misma. y en parte por eso es que necesito irme. tengo que encontrar un nuevo orden, otra forma de equilibrar los vacíos, una estructura de rutina que no me perjudique.

resulta que los amigos son los que te dicen las cosas que no querés oír de la forma que resulta más amable: con humor. son los que te acompañan hasta el infinito y más allá, por rutas inmundas, y hasta manejan tu auto parte del camino. son con los que encadenás un chiste tras otro y te das cuenta de que son el trotolueno de tu trini. son los que te oyen y te tienen una paciencia de monje, y tratan de aprender a hacer lo que a ti te gusta hacer sólo para compartir momentos contigo. y no se quejan.

resulta que el campo me hace mucho bien, me llena de vida, y me siento como un pez en el agua entre las cuchillas verdes del norte. tengo que volver más a menudo, porque me encuentro con lo que de verdad me importa. no necesito más que ropa vieja, un caballo y un bozal para sentirme la persona más bendecida del mundo. ahí sé quién soy, en lo más elemental de mí. me encuentro, me descubro, me ensimismo.

resulta que me queda una semana antes de irme. y no sé muy bien a dónde voy, pero si me quedo, tampoco sabría hacia dónde ir. por lo menos voy a empezar a caminar, ya veré a dónde se dirigen mis pasos.

resulta que el sol me quemó la cara, y el agotamiento me anuló el cuerpo. pero se siente un cansancio sano y una alegría pacífica. gracias por este fin de semana.

jueves, 7 de octubre de 2010

mascotas y más

creo que no hace falta que diga que amo los animales. pero lo digo igual. amo los animales. especialmente los animales peluditos (no tanto los plumíferos, reptiles y bichos acuáticos, porque no provocan las mismas ganas de abrazarlos, y ciertamente no los insectos).

desde siempre quise tener un perro. un perro mío, que viviera en mi casa conmigo. pero hasta ahora no tuve esa suerte. todos los perros que tuvimos vivieron en el campo, y no se sentían muy nuestros, más bien eran casi libres. el mejor de todos fue panda. perro fiel si los había, con su cara de miseria, ese border collie nos seguía hasta el fin del mundo cuando era cachorro, aunque fuéramos en la moto y se quedara muy atrás, siempre aparecía, jadeando, y con ganas de perseguir ovejas al grito de "chúmbale, panda, chúmbale!".

las primeras mascotas siempre estuvieron en el campo. y no eran mascotas "convencionales". eran ovejas negras como tita y pata, o corderos guachos, o liebres bebés (gazapos), o hasta ñandúes que nos regaló una tía. el mío creo que se llamaba pirincho.

las mascotas de apartamento llegaron después. la primera, me acuerdo, fue un pez anaranjado que me regaló mi tío k. lo trajo a casa en una bolsa de nylon con agua (me acuerdo que me maravillaba el hecho de ver como a la bolsa llena de agua no se le salía el agua de adentro! fue mi primer contacto consciente con la impermeabilidad). a ese pez lo siguieron otros a lo largo del tiempo. me acuerdo que yo tenía varios en una pecera. un día uno desapareció sin dejar rastro y lo descubrí de casualidad, meses después, cuando su cadáver salió de un caracol gigante que adornaba el fondo de piedritas. el pez más duradero que tuve fue carbón, un pez negro con un ojo saltón (el otro ojo no). duró tanto que me aburrí de lavarle la pecera y se lo regalé a una prima, con la que creo que no duró mucho... pobre carbón, fue un pescado leal.

un tragicómico episodio de peces fue cuando volvimos del campo con un par de frascos lleno de mojarritas que habíamos pescado con calderín en una cañada. aguantaron todo el viaje de cinco horas los bichitos, sólo para llegar a montevideo a que los pusiéramos en una pecera con agua limpia. tan limpia que empezaron a saltar para afuera, porque recién habían limpiado los tanques del edificio, y el cloro las obligó a suicidarse de inmediato. no llegamos a tiempo con la botella de salus. 100% de mortalidad, y el piso de la cocina sembrado de mojarras muertas.

también tuve una tortuga. no se llamaba manuelita, no soy tan obvia. no se llamaba nada, era anónima. resulta que vivió bastante tiempo en su pecerita de techito enrejado verde. tanto vivió a pesar de mis magros cuidados que cada vez le limpiaba menos la jaulita. hasta que un día la fui a limpiar y habían transcurrido tantas semanas que la tortuguita estaba blanda y podrida.

mi hermana tuvo un pajarito, pin pon, un canarito amarillo de esos típicos. las novias que le compraron se morían, pero él subsistió bastante. se inflaba todo para dormir, y a veces cantaba. fue el único pájaro que superó la esperanza de vida plumífera media en mi hogar (una media bastante escasa, vale aclarar), porque mi otra hermana tuvo cotorritas que no duraron nada.

también hubo un ratón, gregorio. era un ratón blanco de laboratorio, muy gracioso el tipo. vivió en la misma pecera que los ex-peces, pero sin agua ni piedritas, y con aserrín en el fondo. nunca fue tan divertido para jugar, ni tan emocionante de tener como mascota, como lo fueron los hamsters. los hamsters merecerían un capítulo aparte, que hiciera honor a sus aventuras, pero voy a limitarme a relatar sus peripecias en sendos párrafos a continuación.

los hamsters fueron cuatro. empezaron siendo tres, creo. marrones, de pelo corto, dos de ellos, uno mío y uno de mi hermana y otro beige y blanco, bien peludo y despeinado, también de mi hermana. vivían en una jaulita metálica de dos pisos, con casita para dormir y ruedita de esas que los animalitos tan tiernos hacen chillar toda la noche. después, más tarde, llegó otro, peludo, gris y blanco, que era mío.

cuestión que jugábamos con ellos. es decir, los soltábamos en un cuarto cerrado y los hacíamos recorrer circuitos, los metíamos en latas, los hacíamos bajar por "toboganes" (generalmente libros en posición oblicua), los encerrábamos en lugares y los obligábamos a buscar la salida. no sé cómo no vomitaban los bichos, pero sí hacían caca y pichí por toda la moquette. quiero suponer que como efecto del mareo, no como venganza hacia nosotras.

entre tanto jaleo, los bichos lograron reproducirse. no sabemos de qué padre (es que no sabíamos mucho el sexo de ninguno), la marrón de mi hermana parió un cachorro. uno que hayamos visto, asomando su cuerpecillo rosado y pelado (totalmente pelado, parecía un chancho mínimo) entre la lechuga (devoraban la lechuga), porque suponemos que habría más. resulta que la madre tenía tanto instinto maternal, que para ahorrarles sufrimiento a sus niños se los comió todos.

se ve que los hamstercitos la pasaban mal. no los culpo por el final que eligieron. quizás el más feliz fue el grisecito mío, que se escapó un día en la estancia. por lo menos, antes de que se lo comiera un gato montés, habrá aspirado en su naricita el olor de la libertad. el machito peludo de mi hermana murió como mueren tantos infantes en las olas de calor en usa... atrapado en el auto al rayo del sol, abandonado allí por un padre negligente (mi padre, que se olvidó de él mientras supervisaba un tambo). pero sin duda el destino elegido por los dos marrones de pelo corto, hermanos hasta en la muerte se ve, fue el más dramático de todos. primero la mía, un día que los sacamos al aire del balcón, logró trepar inexplicablemente las paredes de la pecera (la misma que antes habitaron los peces y después el ratón) y en un salto a la eternidad aterrizó siete pisos más abajo, en un golpe seco contra la vereda. quedó chatita. la enterramos con todas las pompas fúnebres en un pedazo de la vereda sin baldosas, y siempre que pasé por ahí le rendí un silencioso tributo interior a nuestra infeliz mártir. su hermana buscó un final similar. logró escapar no sólo de la jaula, sino también de la casa, por la puerta de servicio en algún descuido. y su caída por el hueco de la escalera fue un poco más corta. por el tercer piso cayó frente a una vecina que bajaba, y que, atormentada por la visión del hamstercito kamikaze, empezó a gritar horrorizada "una rata, una rata!". creo que a ese lo barrió el portero sin misericordia.

desde entonces tenemos mascotas que pueden hacerse entender de alguna manera y viven con cierta independencia. es decir, tenemos a michelle, el rey del hogar, el hijo varón de mamá que nunca tuvo. es como un niño travieso, pero es un gato. ayer, por ejemplo, como estaba aburrido de noche, fue al baño de invitados, abrió un placard y sacó todas las toallas. mi hermana amaneció para encontrarse con un montón de toallas por todo el corredor. y no es raro ver las huellitas de sus patas en el borde de un water, o arriba de la mesada de la cocina. pero es lo más tierno del mundo, sobre todo cuando duerme (todo el día), hecho una bola entre las dos almohadas de la cama de mis padres.

algún día tendré un perro, pero cada vez me convenzo más de la idoneidad de los gatos como mascotas. no huelen mal, no hacen ruido, y saben pedir exactamente lo que quieren. como michelle, que en este momento me está haciendo soniditos con la garganta para que le abra la canilla del baño, así él puede tomar agua corriente a discreción (es que no le gusta el agua estancada). igual, no sólo quiero tener un gato y un perro. también quiero que mi futura casa tenga un estanque con gansos, patos y cisnes, una llama (o dos, porque así se hacen compañía), cabritos, nutrias, algún papagayo que hable, conejos, ardillas y un zorrino que no haga pis venenoso. y caballos, obvio. me parece que voy a tener que vivir en una casa con un jardín de muchas hectáreas.


(luli luli, la gata que te regalé, y regalaste -no me olvido de eso-)



(michelle aprendiendo lo que es el mundo exterior a un apartamento)



(uno de los bebés de luli luli. sí, es un gato recién nacido)

miércoles, 6 de octubre de 2010

fechas




hoy mi abuela N festejó su cumpleaños número 74. el domingo, mis padres cumplieron 25 de casados. ayer, mi tía cumplió 41. el viernes van a hacer 10 años que mi amiga está de novia. no son más que días normales del año, pero sirven para recordarnos lo felices que somos de poder celebrarlos junto a las personas que nos quieren. no importa que no haya grandes fiestas. da lo mismo una vela sumergida en un bol de mousse de chocolate, que muchas en la mejor torta rogel, o un alfajor con un fósforo encima. lo importante es que la soplen los nietos, que aplaudan los hijos y sonrían los amigos. faltan como 50 años para que yo tenga tantas velas que soplar, pero cuando yo sea abuela, quiero festejos como el de hoy. la gente que quiero alrededor de mi mesa: no hace falta mucho más.

lunes, 4 de octubre de 2010

batallas sin fin

hoy lloré por teléfono. del otro lado, una señora empleada pública, implacable, me soltaba una parrafada de explicaciones de por qué el sistema es tan pedorro que no sabe cambiar dos palabras de un texto. el señor eduardo, que se dedica a tramitar los legajos en el departamento de educación superior (sí, ya que estoy, lo quemo), tampoco fue a trabajar hoy (no había ido el viernes), y no avisó, y nadie sabe qué le pasa. estoy entre pensar que se murió, lo cual salvaría su honor como trabajador, en cierta forma, o pensar que es un ñoqui inepto más de los miles que chupan la sangre de (nosotros) los contribuyentes.

y la señora jefa que fue la que me habló tan cordialmente, ofreciéndome soluciones maravillosas para mis problemas (o esperar 20 días o hacer lo que hacían los indios), de verdad me hizo sentir pisoteada, olvidada y pequeñísima, porque básicamente me dio a entender que nada es modificable en las rígidas burocracias, ni siquiera cuando impera el sentido común, la razón y hasta las lágrimas (y no de cocodrilo, sino de pelotuda de 23 años que se quiere cortar las venas con los 131 folios del legajo maldito).

así que me voy a madrid con semejante socotroco que dice al final, en una simpatiquísima nota agregada por el ministerio de educación, que la carrera descrita en los 130 folios previos"no fue culminada" por la estudiante en cuestión. menos mal que eligen bien las palabras en el órgano que nos enseña a usarlas.

debo destacar que hay almas piadosas entre la barahúnda de villanos que ocupan los cargos públicos. no muchas, pero hay. gracias silvina y maría luisa por su preocupación y por hacerme sentir que por lo menos tengo testigos solidarios mientras me ahogo en el océano de los trámites.

hoy perdí la batalla. estrepitosamente, pero no sin luchar. debo ser de las pocas personas que tienen ganas de tener un cargo en el estado para TRABAJAR. la indignación es mucha. la impotencia y la frustración, también. lo que me desmorona es pensar que nada cambia. que atienden de 11 a 15 pero llegan a trabajar 12:30, si llegan. que cada cual sólo sabe hacer una función, y a medias. que están contentos con su desempeño. que el tiempo, a ellos, les sobra. que los papeles no tienen cara. que las cosas se hacen como el culo, si se hacen, y que el justificativo para todo es que la culpa la tiene el pobre gil que no sabe cuántos millones de papeles (y pesos) precisa para que le pongan un sellito inverosímil al dorso de una hoja.

hoy perdí la batalla. y no me quedan ni ganas de seguir la guerra. bandera blanca señores burócratas, por lo menos hasta la próxima legalización, solicitud, certificado o formulario, cuando descubra otra vez que la mediocridad, la ineficiencia y la ridiculez siguen reinando en el océano de los trámites. sálvese quien pueda.


( si nos dejamos llevar por la corriente, nos ahogamos. si nadamos en contra, nos ahogamos cansados.)

domingo, 3 de octubre de 2010

desarraigofobia

sábado 17 de setiembre de 2011. aterriza mi vuelo de iberia en el aeropuerto de carrasco (ese que ahora se llama general cesareo l. berisso). consigo mi equipaje rápido, milagrosamente, y paso la aduana. obviamente me paran, me hacen abrir la valija, el bolso y cuando ven que traigo otra más, enorme (unos 25 kilos que pasé de garrón en el pesaje en madrid), me miran con pereza y me dicen "dale, pasá". por lo menos, en eso, uruguay sigue igual de patético.

veo a mamá y papá y mis hermanas. no están tan diferentes. parecen alegres de verme. apenas entra todo el equipaje en el auto (el 307, un poquito más baqueteado que como lo dejé). nos vamos a casa.

ahora en la eterna casona de techo gris de al lado de mi edificio están terminando las obras de un cinco estrellas. milagrosamente, no nos trastornaron la maravillosa vista que tenemos del agua. el ascensor de servicio está distinto. subimos. entro por la puerta de la cocina, la de siempre. todo huele igual que antes. hay cambios chicos. un adorno distinto. un cuadro nuevo. unas plantas que crecieron. la cocina tiene una campana nueva. queda rara.

mi cuarto está casi igual. mamá le puso un marco al grabado que me regalaron mis tíos y lo colgó. hay unos objetos arriba del baúl, regalitos y cosas que me dejó gente en estos muchos meses. la biblioteca está desordenada. la cama no parece la misma, pero lo es. las fotos de grecia y turquía siguen dándole color a las paredes. de los cactuses, quedan 2, uno medio maltrecho, y el otro que siguió creciendo desaforadamente. el que fue saqueado fue mi placard. me lo imaginaba, pero igual no me gusta. está todo en distinto lugar del que le corresponde, y faltan cosas. me doy cuenta de que tengo que regalar ropa que no voy a usar más.

vamos a almorzar a lo de mis abuelos. mis primos chicos están grandes, y los demás están parecidos. los tíos siguen igual de simpáticos, idénticos. mis abuelos, una pizca más viejos. hay cambios ahí también. imperceptibles, pero hay. no sé bien qué. quizás todo lo que me perdí en este tramo del camino.

de tarde vienen amigos a casa. los que importan, los que no dejaron de estar. los demás, con el correr de los días me doy cuenta de que me olvidaron (y quizás yo un poco a ellos). decididamente no hay imprescindibles.

mis amigos me ponen al día de un montón de cosas que no sabía. nuevamente, cosas que me perdí. parece que sufrí amnesia, que vuelvo de otra vida. y es un poco así, pero no del todo. una vez más, afirmo mi idea de que me hubiera gustado estar. también me gustó no estar, o estar en donde estuve, pero hay una sensación de repatriación que me embarga. extrañaba. claro que sí.

mi ciudad está parecida a como la dejé. pero ella sí que no me extrañó. descubro más que nunca sus placeres y sus atrasos. los veo como recién llegada, con la cabeza cambiada. quizás sea eso. ella no cambió, pero yo sí. espero no haber cambiado tanto...

y el campo no sabe quien soy, pero me recibe igual que siempre. él siempre está cambiando. mi yegua acaba de parir un potrillo, y puedo galopar en mi padrillito árabe (que antes no sabía lo que era un bozal). mi otra yegua, que la dejé en manos de un domador, flaca y con el pelo opaco y enfermizo, está linda y más reforzada. y mansa. y la paz que me da el verde infinito, las mañanas llenas de balidos y las noches con estrellas, esa paz no me la da nada más.

así me imagino mi regreso. con esperanza, y con miedo. miedo de que me olviden, de dejar de ser yo, de sufrir la lejanía, de no estar presente en los momentos importantes de los que quiero. y esperanza de volver, de saber que me están aguardando a mí y guardando mis cosas (mis animales, mis libros, mi árbol, mis recuerdos), de encontrarme con todo como una sorpresa, de recuperar, restablecer, revivir mi vida acá, de volver mejor y más fuerte, de sentir que nunca dejé de estar, por lo menos en lo que vale.

ojalá que triunfe la esperanza.


(foto tomada por j.f.b. gracias, porque me encanta)

sábado, 2 de octubre de 2010

refugiada

sí, estoy vaga para escribir. y qué? si fueras vos el que anda atrás de un trámite maldito, el que anda buscando casa en el exterior sin éxito, el que consigue pasajes, contrata seguros, piensa equipajes, llama a agentes de viajes, contacta universidades y en conclusión, se estresa terriblemente por solucionar mil millones de temas que damos por sentados día a día pero que es necesario pensar en ellos ante un viaje laaaaaaaargo, seguro que vos también estarías agotado y con dolor de cabeza y llorando porque los empleados públicos del ministerio de educación y cultura son ineptos y encima no van a trabajar.

así que no, no tengo ganas de escribir, a veces tengo ganas de mandar a todos a la mierda, a veces tengo ganas de gritar, a veces de asesinar seres humanos, a veces de salir corriendo y a veces de hacerme un ovillo y no moverme de la cama. de mi cama. mi cama que me causa contracturas pero que me acuna y envuelve, que tiene mi olor, mi calor y mi piyama a rayas abajo de la almohada. mi cama que está en mi cuarto, mi cueva, mi casa. mi cuarto marron y fucsia, con mi árbol en la pared, mi biblioteca colmada y mi escritorio que lo baña el sol cada mañana. mi cuarto con mi ventana que da a la ciudad, a los tejados, las torres y un horizonte enorme para ser tan urbano. mi ventana con mis cactuses bebés, y alguno monstruoso. mi cuarto con baño propio (oh te alabamos baño propio), ese gran privilegio que creo que me estropeó la generosidad bañística de por vida. y mi casa de colores, mi casa aérea y aireada, enorme casa llena de detalles y de alfombras y de cuadros y de cosas de madera talladas por mamá. mi casa con patitas de gato en los corredores y los sonidos clásicos: la heladera, la forma de abrir la puerta de papá, el sonido de la cartera de mamá, los inciensos insoportables de una hermana y la televisión a todo volumen de la otra. el frío de la cocina y el calor del piso de parquet. los libros por todas partes, los sillones que invitan y el espacio, un bien tan codiciado y que acá sobra. y el río de la plata que saluda casi que a todas las ventanas, asoma en sus miles de humores (hoy marrón y un poco ventoso, con esa espuma fea de las olas de pocitos), y el verde que no falta en el parque de en frente y se llena de domingueros con sus mates y sus motos.

no tenía ganas de escribir, pero mi casa siempre merece un homenaje. es que mi casa no es solo las paredes y el techo. mi casa es lo que tiene adentro, mi casa es los que la habitan. y sepan entender si me ronda un aura melancólica estos días, es que a dos semanas y horas de irme, la sensibilidad anda florecida y ya empiezo a extrañar.