Andar en bicicleta. Andar. Rodar. Andar en bicicleta como si
fuera el único medio de transporte que existe. Andar con tus pies, con tus
propios pies girando y no es caminar, es mucho más rápido y leve. Oír cómo la
cadena engrana en cada pedaleo, cómo giran los círculos los rayos los círculos
en círculos en rayas en curvas en bajadas. Oír el viento que surca los oídos.
Velocidad. Las estelas en el aire. Respiración. Ritmo. Autonomía. Una forma
personal y única de avanzar. Una extensión de mis ganas de ser libre. Un sueño.
Un lugar en todos los lugares. Una ventana invisible para ver las cosas.
Movidas, desplegadas, espléndidas. Cadenciosas cosas que habitan el mundo que
rodea a mi bicicleta. El espacio que recorre mi bicicleta. La parte de mi alma
que se mueve así, sobre discos que giran. Mis alas con forma de rueda. Mi
camino. Mi independencia.
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