A veces no sé qué diantres hago haciendo lo que hago o lo que estoy haciendo en el preciso momento en que me lo cuestiono. Todo es presión y duda y escapismo y cansancio. Hasta doler. Entonces de repente emerge una minúscula creación casi potable, levemente factible de ser apreciada por otro ser humano, torpemente originada para gustar, para envolver, para atrapar. La cazo de la punta pero sigue cubierta por la capa grasienta que forman el estrés y el universo, trato de removerla, de arrancarla, y no, me quedo con una punta, con un fragmento insuficiente, como la cola de una lagartija. La idea vuelve a hundirse y adiós. Y todo es presión y duda y escapismo y cansancio al tratar de hacer de un trozo muerto una obra. Y me pregunto qué hago, y a veces justamente eso que hago, eso que estoy haciendo en el preciso momento en que me lo cuestiono, es dolerme por ser un cementerio de pedazos de ideas.
miércoles, 7 de agosto de 2013
martes, 6 de agosto de 2013
Papas fritas
Por un instante pensé que vine a este mundo nada más que a compartir papas fritas contigo.
domingo, 4 de agosto de 2013
Balance
Empecé a ver una serie. Volví a los rollers. Probé comida tailandesa. Averigüé mi índice de masa corporal y podría haber sido peor. Pagué una deuda. Hablé con un extraño. Me desperté sin alarma. Ordené el cuarto. Me pinté las uñas de negro sin hacer mucho enchastre. Logré comer sólo dos masitas. Dejé dormir a mi gato resistiéndome a su ternura. Aprendí a descargar torrents. Dormí la siesta. Llamé a una amiga. Me hicieron mimos en la panza.
Creo que está todo en orden.
Oh saturday saturday
El sábado se fue y dejó todo desordenado. Tenía otra fiesta en alguna parte y dejó al domingo para que nos ayudara a limpiar. Y bueno, acá estamos, barriendo lentamente las serpentinas del suelo y poniendo los almohadones en su lugar. Los vasos los dejamos en la pileta porque dijo el lunes que él se encargaba, y bueno, le tomamos la palabra. Al sábado nadie va a reclamarle nada, obvio. Siempre es más divertido cuando está él, aunque después nos abandone con la resaca y la mugre. Se lo perdonamos, porque por algo es quien es y lo seguimos invitando al evento de la vida cada semana.
jueves, 1 de agosto de 2013
Falsa alarma
Me preparé para un huracán. Me equipé para cosas terribles, me imaginé el pronóstico más desolador, me mentalicé para un destrozo. Con todo eso, salí a enfrentarlo. A la intemperie, donde más fuerte azotaba. Donde lo miré a la cara y lo saludé con cortesía. Y ni siquiera me despeinó. Mi ropa no quedó hecha trizas y mi corazón, menos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)