miércoles, 9 de octubre de 2013

Envidia

Me gustaría escribir como ella, que pone los adjetivos perfectos donde la cadencia lo reclama. Como él, que tiene un vocabulario frondoso y serio. Como ese, que extrae humor de una catástrofe y se balancea con gracia por la cuerda floja de la ironía. Como aquella, que seduce sin lugares comunes, sin gestos obscenos, sin metáforas. Como ese señor, que dicta cátedra sobre la buena prosa desde una prosa excelsa. Como ese otro, maestro del diálogo y del boliche, con su lunfardo actual afinado para acelerar la narrativa con descaro milimétrico. Como aquel, dueño de la acción y dios del tiempo. Como esa de allá, que hace cotidiana la ficción hasta convertirla en vida. Como él, que se muere un poco en cada párrafo que hiere a la hoja. Como esos de ahí, que te hacen oler la basura con dos pinceladas de texto, que acuden a la sordidez como quien le habla a un amigo, que piensan como si tuvieran un monstruo encerrado en el cráneo, y probablemente lo tengan. Como ellos, que perduran en la evocación lectora de una infinidad de ojos. Como todos ellos, que respiran letras y transpiran sangre, que provocan hambre y logran magia, que despiertan rabia e inyectan miedo, que dejan eco y fabrican gloria. Que existen hasta que sus libros son polvo y vibran hasta que el recuerdo es vacío.

3 comentarios:

  1. Lo que se deduce de su escrito es que usted tiene su estilo y eso vale mucho más que cualquier otra cosa. Da gusto pasar por estos lares y leerla ;-)

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  2. Entonces, te pareces a ella. Y a la preciosa mujer de la fotografía. -g-

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