De repente te das cuenta de que se te marchitan partes del alma y de que nadie vive de querer que pasen cosas. De que desear tanto destruye. De que los silencios duelen y de que el respeto implica respuestas. De que el miedo corrompe. De que el tiempo se acaba.
Yo conozco gente que sustenta su presencia en el mundo en querer cosas.
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