miércoles, 14 de agosto de 2013

México

A dos días de despegar, no sé muy bien lo que espero pero creo que México tiene potencial de hechizo. Me lo imagino grande y distinto y colorido y alegre, pero a la vez, con un ritmo propio, de gente que no se impacienta. No sé qué es lo que más ganas tengo de ver. Quizás esas escenas cotidianas y costumbristas, esos pueblos típicos, ese acento particular, esa comida suculenta y efusiva. O las playas y el descanso y las olas. O las pirámides y su rareza. O los cuadros de Frida. O la enormidad del DF que me va a hacer sentir una hormiga. O el paisaje que se ve desde la ventana del auto camino a Guanajuato. O los sarapes multicolor, el rito del tequila, las calaveras, los mariachis, las flores y todo eso que lo hace ser México, así, con equis, exótico y exaltado, reverberante, contrastante, mágico y misterioso. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario