domingo, 18 de mayo de 2014

Espiral

Siento que no escribo hace años. Que no vale la pena contar ni un suceso. Por qué, si acá todo sigue como si nada, como si lo mismo fuera nuevo y lo nuevo fuera lo mismo. Raro y turbio. Inexpresado. Random thoughts never written. Boludeces. Ese gigantesco sentimiento de no caber en los brazos de alguien. Esa minúscula sensación que asfixiamos bajo una almohada. Ese ruido a risa que asusta y libera. Esa mirada que no es nada y es todo y te abre las puertas del mundo. Música repetitiva y mística y adormecedora. Canciones para cada contexto. Muelas hartas de bruxar. Besos ahogados. Ideas frágiles. Espejos. Y una o dos explosiones internas cada tanto. Aparecer en pocas palabras, como para decir que estoy acá, al lado del teclado, sin saber qué hacer con la reiteración de ciclos que son mi espiral. Porque escribirlos otra vez cansa. Leerlos agota. Vivirlos mata. Y no quiero estar cansada y muerta. 

La noche aplasta. Mejor juguemos a que todavía es temprano y no perdimos las esperanzas en la cuesta abajo de la melancolina. 

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