martes, 19 de agosto de 2014

Caerte de tal forma

Al final la mejor protección es saber cómo caer y volver a subirte al caballo después del revolcón. Aunque te duela todo y la yegua siga desafiándote. Porque sabés, es lo único que sabés con certeza, que caerse está, tarde o temprano, entre los próximos acontecimientos. Y es eso. Caerte de tal forma que cuando toques el suelo no duela tanto y que cuando subas de nuevo no tengas miedo. Pero eso solo se aprende rodando muchas veces. 





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