miércoles, 17 de abril de 2013

817

Esta es la entrada número 817 de este blog.

Hoy no pretendo que sea buena, ni que diga nada inteligente o estéticamente valioso. Sólo quiero usarla para respirar hondo y pensar en ese número. En que en los últimos tres años me senté 817 veces -en realidad más, porque hay borradores que nunca sembré- frente a una pantalla y traté de redactar un texto, o elegir una foto, o ambas cosas, para dejar constancia de que ese día hice algo por mí. Regué el jardín de lo que me gusta hacer, que tiene flores y yuyos, pero lo más importante, árboles. Las flores son efímeras, los yuyos son relleno, pero los árboles son lo que me enorgullece en serio. Hay pocos, pero algunos hay.

Este es un texto que no aspira ni siquiera a ser brote. Es un murito donde me siento a mirar lo que salió de mí, y me siento bastante complacida. Es un blog que nació casi como una necesidad psicológica de desahogar pensamientos, y no creció mucho en lectores, pero sí fue acumulando palabras, y aunque cantidad no es calidad, sí es trayecto. Y hay tres años de mi vida acá, años clave en tantas cosas que es imposible recordarlas todas. Tesis, Madrid, idas y regresos, tres amores, primeros trabajos en serio, viajes, dolores de crecimiento, amigos que quedan lejos, libros, películas, lágrimas de todo tipo, frustraciones varias, bendiciones varias más, todo en un tiempo que creo que fue protagonista de la forja de lo que hoy soy. 

Siempre me hago esas preguntas. Qué soy, hacia dónde estoy yendo, si estoy contenta conmigo misma. Si estaría orgullosa en caso de tener una hija como yo. Si algún día voy a llegar a escribir como quisiera. Cuáles son mis sueños más grandes. Qué tipo de hombre quiero a mi lado. Si logro expresar lo mucho que valoro algunas cosas. Si agradezco lo suficiente. Si hago reír a la gente que amo. Qué me falta aprender. En qué estoy errada. En qué soy buena. Cómo le demuestro a algunas personas que necesito que nunca se mueran. 

Algunas las descubro y otras no las voy a poder responder nunca. Pero acá, sentada en el murito, pensando en todo eso mientras balanceo mis pies, no puedo evitar sentir un cariño y un orgullo inmenso por estas 817 cosas publicadas acá. Porque vencí muchas veces a la pereza. Porque le gané al miedo a la hoja en blanco. Porque emocioné a algunas personas con palabras mías. Porque desde hace más de tres años que me ahorro un psicólogo. Porque lo que empecé planteándome como un desahogo y después como un ejercicio a veces dejó de ser esas cosas y alcanzó pequeños niveles de literatura. Y esos son mis árboles. Los tímidos árboles de mi jardín lleno de yuyos y flores. 

Y se siente bien. Se siente fértil. 

3 comentarios:

  1. Me gustan los aniversarios que no son números redondos. Felicitaciones!

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  2. Salud.

    A este blog, a su querida escribidora, por la admiración que depierta en mi. Por la capacidad de plasmar en palabras lo que los sentimientos, sencasiones, pensares y pareceres dictan. Y por algo primordial, transmitir al lector eso, cosa difícil de lograr.

    Salú!

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  3. En contrapartida, este servidor lleva casi cuarto años y medio regenteando un erial de bits con mística.

    Pero aun guardo la apretada esperanza de que algún día se transforme en un brezal. (lo parió, mi ilusiones son así de pequeñas, pa' que cuando me caiga de ellas el golpe no sea tan fuerte.)

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