domingo, 30 de junio de 2013

Me quedo

Me quedo con los síntomas alegres y no con el miedo porque unos dicen que sí y el otro está susurrando estupideces. Me quedo con la idea de que la noche es muchas noches y cuantos más despertares, mejor. Me quedo con el desayuno en calma y el parque al sol; otro parque, otro sol y esperanzas nuevas. Me quedo con las despedidas que nunca se acaban y las manos tibias a pesar de todo, porque además de calor, contagian seguridad y afecto. Me quedo con la ternura profunda y transparente de cada una de las palabras que recibo, con la sinceridad vulnerable y valiente, con la generosidad presente en cada sílaba. Me quedo con el recorrido mutuo de descubrimiento, salpicado de buenas sorpresas. Me quedo con la risa y la curiosidad que ahuyentan demonios. Me quedo con el abrazo obligatorio y lleno, con los planes craneados a medias, con la espontaneidad, con el ritmo acelerado de un corazón en la palma de mi mano. Me quedo con todo lo que haya y me quiero seguir quedando.

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