domingo, 1 de diciembre de 2013

Otro blog

Un día voy a hacerme otro blog que no tenga una sola traza de mí, en el que escriba distinto, ascéptico y despojado, ajeno, sin alma, y ahí capaz algunos entiendan por qué vale tanto este blog, con sus lágrimas y su carne y su sudor, con el cansancio acumulado, con la rabia o la euforia aflorando cada tanto, con el dolor presente, con el miedo instalado, con la risa entretejida, con el sarcasmo y la duda y la rebelión recurrentes, con el aire viciado, con sus círculos repetidos, con sueños y derrotas, con grises y verdes y negros y rojos, con gusto a aventura, con noches locas, con días muertos, con aire a vida, con autocrítica, con lamentaciones y besos, con paseos y sol y fotos del cielo, con huecos mudos, con errores, con celebraciones varias, con gratitud, con pulsaciones y, en definitiva, con pasión y sangre. 

O quizás disfruten de esa escritura de robot y entonces yo ya no tendría sentido. 

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