domingo, 1 de junio de 2014

Aguante estar loca

Loca, tipo desquiciada, enfermita, fuera de la órbita sensata de los pensamientos cuerdos. Loca porque saco angustias para afuera en forma de publicación. Loca porque hago palabras de mi carne y las suelto acá, donde cualquiera puede olerlas pudriéndose o pintar con su dedo comentarios ensangrentados al final del posteo. Loca porque decido exponer pedazos de mí ante ojos sedientos de morbo. Loca porque remuevo alguna fibra que preferirían dejar quieta. Loca pero mal de la cabeza, porque escribo y porque cuento y porque canalizo y porque busco formas de dejar constancia de mi humanidad en unos cuantos textos. Loca porque invierto pasión en un antro olvidado de la nube. Loca porque digo y porque no digo, loca. Loquísima por depositar sentimientos en un mensaje, cuando los sentimientos se guardan y se tapan y se lloran a solas, limpiándote los mocos con los trapitos sucios de tu historia soleada. Loca por gritar que existo en un blog de mierda. Loca por seguir haciéndolo después de cuatro años, a pesar de que poco a poco va dejando de ser rutina y también necesidad. Loca por esa terquedad de revolver en las mismas llagas de siempre. Loca por dejar que me lean y por leer que me dejan. Loca y estúpida y fuerte y frágil. Loca pero vibrando aún estancada. Loca por todo y por suerte loca. 

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