miércoles, 24 de noviembre de 2010

shame on me

nunca me había pasado nada igual. resulta que me usaron como plataforma publicitaria. pobre margarina primavera, no sé qué espera de mí ni de los siete lectores que tengo. pero en la entrada titulada "lo efímero del éxito" me escribió un comentario de lo más relevante. no sé cómo interpretarlo ni entiendo su campaña. menos mal que estoy estudiando publicidad. ya sé quién necesita urgente un asesor publicitario... hablando de comentarios, gracias por la explicación de los cigarrillos de mad men :)

me preocupa el rumbo que toma este blog. no quiero que sea un querido diario. por lo menos, no la gran mayoría de las veces. pero soy yo la que dirige el timón. así que es culpa mía. pero tengo dos problemas. no se me ocurren muchas cosas inteligentes que decir cuando me siento a tipearlas. y tampoco tengo una vida muy interesante. o sea, interesante estar acá y ver cosas y eso, pero la mayoría de los días son bastante anodinos. clases, metro, intentar cocinar, correr, dormir. con poco más entre medio. y mi cabecita, con ese ritmo de actividades, tampoco está que bulle de geniales ideas o conceptos deslumbrantes. ni siquiera tengo muchas opiniones formadas.


pero bueno, lo tomaré como un ejercicio de escritura. diré lo que sea para cumplir con la cuota escritoral del día. no prometo sustancia. ni siquiera escritura, porque esto es más bien coloquial, casi hablado. libre pensamiento, ideas sin orden, estructuras racionales muy endebles. o irracionalidad total.


hoy no sé muy bien a qué referirme. así que voy a hablar de cosas que tengo en el tintero. tipo barcelona. fue hace como 3 semanas. o más, ya no sé. una época ajetreada, homeless, de maletas a cuestas. voy a hablar de mi gran cagada. sí, de lo que me avergüenza de mi ida a barcelona. es que antes de pisar cataluña ya había metido la pata.

llegué medio tarde al aeropuerto. terminal T4 de madrid. enorme. no tenía idea cual era mi vuelo. tenía que hacer check in. ya era medio sobre la hora. no me daba el tiempo para despachar, pero por suerte había llevado la valija chiquita, la que se puede llevar en la cabina como equipaje de mano. recorrí durante media hora el aeropuerto preguntando cómo hacer para hacer el check in. no me sabían decir muy bien. me dijeron que lo haga electrónico, automático self service. no me reconocía la tarjeta. entré a desesperar. en el mostrador donde te atiende gente (no máquinas robot que nunca me entienden) me hicieron el check in. bueno, en realidad, le dijeron a la máquina que existo, que me reconozca y me dé mi boarding pass. la máquina obedeció. me dio el ticket y todavía tenía que ir hasta la gate, que en madrid, siempre son lejos. bastante lejos. tipo caminar 5 cuadras mínimo adentro del aeropuerto. y no había pasado el control de seguridad aún. me hicieron sacar los zapatos y no sé qué mas. lo hice. puse mi valijita en la cinta y pasé por el portal que siempre suena. no sonó. pero me llamó una mujer. una señora madura con cara de h de p. para mi mayor humillación, reproduzco el diálogo.


"esta maleta es suya?"
"si"
"ábrala"
"pero si la abro no la voy a poder cerrar. es necesario?"
"ábrala. está llena de sustancias prohibidas"


mierda. me había olvidado por completo. abrí la valija. la mujer entró a revolver. sacó el shampoo y la crema de enjuague. una crema hidratante. otra crema para la cara. y un perfume de zara que había dejado de usar en montevideo especialmente para traérmelo, casi lleno.


"no me dí cuenta!"
"bueno, esto no lo puede llevar. tiene que despacharlo. o lo destruimos"
"no lo puedo dejar y recuperarlo a la vuelta? es que no tengo tiempo para despacharlo"
"puede dejarlo en consigna"
"dónde es eso?"
"en la primera planta" (o sea a cuatro mil kilómetros)
"se me va el avión"
"entonces lo destruimos" (juro que sonrió)
"bbbbueno" (lágrimas en mis ojos)


y me fui a barcelona sin shampoo, sin cremas, sin perfume, sin nada. y sintiéndome muy idiota y muy triste. y lo peor de todo es que esa señora malvada debe estar oliendo bien gracias a mi estupidez, porque mi compa de piso me dijo que una amiga suya trabajaba en el aeropuerto y se repartían entre los empleados todas esas cosas.


en fin. eso está en mi wall of shame. junto a la escena en que entro al baño en el estadio camp nou de barcelona. y veo a un hombre. y urinales. y el tipo me dice algo así como "aquí no es"... hubiera jurado que el macaquito de la puerta tenía pollera. pero no. porque después lo miré bien.


es que hay cosas que hay que darse cuenta. no es fácil ser europeo. por ejemplo, en el súper, la fruta hay que agarrarla con guantes de plástico. no recomiendo hacer malabares para sólo tocarla con la bolsita a la misma vez que querés introducirla en ella. puede haber derrumbes de manzanas.


también tenés que entender bien las ranuras de las máquinas. por ejemplo, en las expendedoras de tickets de metro, hay como siete u ocho ranuras diferentes. tengo que hacer un curso para saber en cuál se meten los billetes.


barcelona estuvo muy bien. interesante el hecho de vivir en una mini civilización dentro del hostel. es que el cuarto era para 20 personas. en realidad, estaba el cuarto con camas a nivel del suelo, y las cuchetas a nivel antena del empire state. habia que trepar unas escaleras ruidosas, no aptas para no-atletas, y encima pretendían que pusieras la valija ahí arriba contigo. por suerte llegamos primeras y nos agarramos camas de abajo. después se llenó el cuarto. una cosa muy extraña, porque en general cuando llegábamos no había nadie. no sé si los otros dieciocho durmieron ahí con nosotros o no. aparte cerrabamos las cortinitas cual carpa.


la playa de barcelona no me pareció muy wow. el agua era de color lindo pero no parecía algo mediterráneo paradisíaco. y la arquitectura al lado de la playa inspiraba más malvín que otra cosa. no sé...


y el domingo todo cerrado. TODO. hasta el corte inglés de la plaza importante. no sé cuándo quieren explotar el lado turístico de la ciudad... los martes?


pero me gustó bastante. aunque para vivir, me gusta mucho más madrid. me pasa algo medio extraño. como que me olvido de que estoy acá. a veces voy por la calle y me digo a mí misma: "hey, estás en madrid!". será que ya me acostumbré? creo que me resulta familiar. amistosa. una ciudad desconocida pero a la que no le molesta recibirme. ni a mí estar en ella. madrid. madrid. madrid. una especie de hogar raro.

1 comentario:

  1. es que es como estar en casaaa!!!!!!!!!!!!!! madrid madrid madrid

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