lunes, 19 de marzo de 2012

todo mal

Todo mal con la tendinitis.

Todo mal con el aviso de tiras depilatorias veet en el que la modelo esta rubia conocida descubre que cayó a la fiesta con el mismo vestido que otra mina, y claro, en el baño se arranca el sobrante de tela para quedar de mini (sin una hilacha visible), y se pone los collares de cinturón, y sale espléndida a la party porque claro, ahora está más diosa que antes.

Todo mal con todo tipo de sonido que emiten los edificios en construcción, o en demolición, como es el caso de la casona de al lado que está por volar para darle lugar al magnífico y esplendoroso Imperiale Rambla, que nos va a tener como dos años con dolor de cabeza. Ya vibran los cuadros y no se oye la tele a volumen normal, y ni siquiera empezaron a hacer el pozo.

Todo mal con mi gato, que hoy tuve que limpiarle un vómito.

Todo mal con el tráfico y la lluvia.

Todo mal con que repiten eternamente los capítulos de Grey's Anatomy.

Todo mal con la gente que no responde los correos electrónicos que funcionan como invitación a eventos o paseos.

Todo mal con no tener aún un sueldo que me sustente.

Todo mal con la gente que maneja como el culo cuando llueve a cántaros, aunque en realidad todo mal con la gente que maneja como el culo a secas, y con los acomodadores que te putean si les das cinco pesos.

Todo mal con el portero que te ve cargada con 56 bolsas y aún así no se mueve de la silla.

Todo mal con la pizza con poca muzzarela.

Todo mal con el desorden crónico que tengo en el cuarto, y con lo caros que salen los colchones y sommiers de dos plazas, y con las filtraciones del zócalo de la ducha que ya no sé dónde seguir metiéndoles silicona, y con mi laptop que sigue en el service.

Todo mal con el dulce de membrillo light de los nietitos que tiene gusto a infelicidad.

Todo mal con la Barraca Central que se mudó más lejos.

Todo mal con lo tarde que terminan mis lunes.


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