martes, 12 de junio de 2012

Golpes

Tengo un moretón hinchado en la pierna, pero el bochazo es lo que menos me duele. Hoy fue un día de muchas cosas y creo que me terminó ganando la desolación. Por suerte hay un lugar donde estacionar el auto y descansar la cabeza sobre un hombro aliado, y así juntar fuerzas para el siguiente desafío. Y al final, siempre quedan la almohada y la oscuridad para secar las lágrimas que no quiero que el mundo vea, aunque mamá las adivine. Las rosas que me regaló mi hermana me miran compasivas desde el escritorio.

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