viernes, 15 de junio de 2012

La felicidad viene en envase micro

Tantas cosas.

Tendría que sentarme a escribir un post largo, profundo, revelador, pero pasé de que me sobrara el tiempo en forma escandalosa, a que me faltara igual de escandalosamente. Hace cinco días que estoy así, desde que el lunes me dijeron que me daban una oportunidad laboral, y que empezaba el martes.

Así que de golpe la vida se me llenó de cosas, de miedos, de dudas y de muchas semillitas de emoción con potencial germinador. Y me sentaron ante una mac en una sala con mucha gente que se ríe y pone música, y me sacaron de estar 24 horas en mi casa, y volví a andar en ómnibus, y tuve que pensar en qué poner en el tupper cada día, y llego a casa cuando ya es de noche y ahí recién empiezan el resto de actividades, deportes, paseos y trabajos.

Cuestión que lo que menos he hecho ha sido dormir y lo que más ha sido no entender nada. Pero de a poco voy sumergiéndome en esta rutina nueva que va a regir mis días hasta el 21 de setiembre, y ojalá mucho más. Es lo que quería y todavía no me creo del todo haberlo conseguido. Es fácil querer algo. Es más complicado cuando rompés el papel de regalo de la vida y aparece lo que habías pedido durante tanto tiempo, y tenés que hacerte cargo de usarlo bien.

Y claro, más allá de esas nueve horas que paso entre las paredes transparentes de esta agencia, están las restantes quince que tengo que dividir entre mi otro trabajo, el hockey, el quality time familiar, las charlas con amigos, la absorción de cultura e información básica y permanente, el aseo personal, las salidas de a dos, los viajes entre puntos A y B, las cuatro o veintiséis comidas diarias y también cinco o seis horas de sueño, para alcanzar a sobrevivir al día siguiente y extender la cadena de cansancio un día más sin morir en el proceso.

En realidad las quince horas casi no existen, y probablemente lo más relegado debe ser el aseo personal.  Pero hoy es viernes y espero que en las próximas horas de fin de semana me pueda poner al día con muchas cosas. Cierto festejo de cumpleaños, por ejemplo.

Tantas cosas. Pero estoy ocupada y microfeliz.

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