Desde que dejé de hacer ejercicio a diario tengo problemitas. Como una inquietud constante, se me agarrotan las piernas, me duelen las rodillas. Ahora mismo estoy meditando si salir a caminar por el barrio o no. La última vez que salí me amenazaron con apuñalarme, pero hoy hay sol y nenes patinando en la rambla así que capaz que tengo suerte.
Con permiso, voy a caminar con las manos en los bolsillos durante 28 minutos. Y que el sol debilucho este me rebote en la cara y me despierte una serie de ideas geniales para la segunda parte del día de hoy, que se adivina cansada e infructífera.
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