Anoche a eso de las cuatro y media de la mañana en el Parque Rodó cantaban gallos. Marcaban el final de una noche que marcó un antes y un después en la vida de alguien. Y yo estaba ahí, feliz por ese cambio, ese despertar.
Todos jugamos a la escondida. En el juego, lo más divertido es esconderse. En la vida, lo que más hacemos es buscar.
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