Escucho llover. Me voy a dormir pensando demasiado. Se me hace un puré mental, que voy revolviendo de a poco. Al final es una pasta, espesa, densa. Todo se concentra ahí. Lo pongo en un tupper y lo guardo en la heladera, para mañana.
No entender cosas no significa que no me hagan sonreír. O dudar. O tener miedo.
Escucho llover, y duermo.
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