domingo, 12 de agosto de 2012

Soulful

En el almuerzo hablamos de si los animales tienen alma. Según mi tía abuela, las tres potencias del alma son el entendimiento, la memoria y la voluntad. Yo creo que entienden, se acuerdan y deciden hacer cosas por nosotros. O por lo menos, eso es lo que a lo largo de mi vida voy descubriendo de ellos.  

Según mi padre se puede saber el momento exacto en el que un animal se muere si estás mirándole los ojos. En el preciso instante en que deja de existir, algo se le va de la mirada. El brillo. La vida. El alma.

Si tienen o no, a nivel filosófico o científico, la verdad es que me tiene sin cuidado. A mí me dan amor, y felicidad, y una ternura muy honda. Me hacen mejor y me engrandecen. Me acompañan, y lo único que piden es una galleta o que les tires un palo. Invaden la rutina con sus ruiditos. Se acurrucan, se escapan, lamen, huelen, o simplemente están en el paisaje. 

Los animales son lo que más me hace dudar de la afirmación de que dios no existe. 







 





 

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