ligero cambio de planes. tengo habitación pero en otro punto de madrid, más conveniente para mis circunstancias. me da como una especie de bajón todo el tema mudanza. como miedo junto con muchas cosas. cuando me mudé a este piso también. como una angustia enorme que se desborda y arrasa con mi firmeza temporal. la otra vez lloré. ahora todavía no. pero ya llegará, supongo.
más que a cocinarme pechugas de pollo y a conocer la ciudad, creo que lo que más aprendo es a resolver la soledad. o tolerarla. o hacerme amiga de ella. o evitarla. tampoco aprendo demasiado. a veces no me sale muy bien. lo bueno es que estoy cansada. mucho, y permanentemente. entonces la soledad deja de ser un problema. aunque estar cansada no es bueno. todavía no encontré el clic. hace mucho tiempo que no tenía tanto para hacer. será cuestión de encontrar el equilibrio y de que no se me derrumben los malabares.
hay cosas que no entiendo también. ausencias y presencias. llamadas y no llamadas. sonidos y silencios. tensiones. fachadas. penas. agobios. y tranquilidades que no deberían estar. inicios de amistades que me despistan. códigos que no manejo. un idioma que es el mismo pero que no puedo penetrar a veces. no comprendo algunas confianzas. y tampoco sé muy bien con qué pie pisar primero. por eso me tropiezo.
no es un gran día. aunque sí lo es por muchas cosas. pero el frío de afuera (1º) me va adormeciendo por dentro. me va comiendo. me va dejando pequeña y lejos. olvidable. sola. desangelada.
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