lunes, 31 de enero de 2011

retrospectiva

hace un año estaba en punta del este. con calor. volviendo de perder 40 dólares en el blackjack del nogaró, después de un día más de un verano que fue muy extraño. en realidad, yo fui muy extraña. volviendo a casa y chocando la effa aojun en una esquina (chocándome unos idiotas, yo inocente). y llamando a papá para decirle que no sabía qué hacer. y llamándolo de vuelta para decirle feliz cumpleaños llena de culpa por haberlo despertado con mi patético regalo. y soplando en un aparato para testear mi alcoholemia (cero). y llamando a un fiel amigo para que me diera auxilio psicológico. y llorando y con la camioneta toda rota. volviendo a casa en grúa. sin un peso. y muy desolada.

hoy estoy en madrid. en pamplona 4. con menos un grado. con maletas hechas para irme de este piso mañana. con mi padre otra vez a una llamada de distancia. pero muchos miles de kilómetros entre nosotros. con clases mañana. con euros que ni se me ocurre apostar. con mis fieles amigos lejos también, pero algunas casi en camino. con algo como una familia y cosas que parecen amistad. con algo de desolación también, y seis kilos más que el día que choqué la effa. con metas y trabajos por hacer. con el tiempo ocupado. con cansancio. con una niebla de sueños en la cabeza que aún no se definen. un invierno descolocado en este enero que terminó. quizás terminó un poco mejor que el enero de hace 12 meses. aunque sigo siendo una yo muy extraña.

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