miércoles, 9 de marzo de 2011

campañas, celebrities y ética



segundos otra vez. y frustrados. porque fue un poco injusto. dimos lo mejor de nosotros (dando lo peor, lo más o menos y lo que fue más allá de nuestras fuerzas en el proceso). pusimos todo. hicimos todo lo que pedían. y lo hicimos bien. hasta mis números y calendarios estaban bien. dijeron que teníamos una idea con una campañabilidad perfecta. que la radio estaba genial, la tele emocionaba, y las gráficas eran sorprendentes. dijeron que nuestro marketing relacional era el más completo, que nuestras acciones especiales eran impactantes, y que expusimos de forma organizada y atractiva. básicamente nos elevaron a nivel mccann. dijeron todo como si hubiéramos ganado. y cuando dieron las notas... éramos segundos. es la segunda vez que al grupo en el que estoy le arrebatan la medalla de oro. hasta nos dijeron que el cliente había preferido nuestra campaña. pero el profesor decidió que ganaban los otros. yo me pregunto, si esto es un simulacro de la realidad, no debería opinar el cliente? quién pone, en teoría, los 17 millones de euros? entonces no entendí por qué ganó otro equipo. aunque su trabajo estaba muy bien, con artes alucinantes, pero creo que el nuestro era más sólido. si por lo menos nos dijeran que hicimos algo mal. pero ni eso. sabe mal salir segundos y no haber oído ni una crítica.

aparte de eso, seguimos con las clases en modo normal. hoy por ejemplo vino una especie de celebridad. alguien cuasi farandulesco. pero no lo parecía. era el padre de la princesa leticia. el hombre era muy bien (muy aterrizado, algo raro de ver en los profes por estos días, porque la mayoría vienen con un tic de soberbia inocultable), e hizo un esfuerzo por hacer entretenida la clase. pero por más que la de un rey (y esto es lo más cercano al rey que voy a tener como profesor), nadie puede hacer que un tema titulado "plan de comunicación" sea divertido.

y después de comernos tres horitas con este señor jesús ortiz tan correcto y simpático, teníamos ética. nadie tenía muchas expectativas con la clase. hasta que entró el profesor. se ve que vino corriendo o subió por las escaleras o algo así, porque llegó sin aliento. un tipo flaco, de lentes, y con unos pelos medio largos, medio enrulados, medio canosos, medio locos. no iba de traje (últimamente casi que lo único que tenemos es marketing y vienen todos de traje). y se apoderó de la clase como un actor de teatro se apodera de un escenario. yo creo que le gusta enseñar porque siente ese poder de cautivar. y tal como nos dijo, todo se reduce al poder. y la ética es más fácil seguirla cuando se tiene menos que perder. y somos como cajitas, como mamushkas. sólo vemos una parte de lo que somos (el yo). pero hay partes más profundas que también somos, aunque no lo reconozcamos (o ni siquiera lo conozcamos), y nos da miedo ver qué hay en las cajitas que vamos abriendo. nos da miedo llegar a abrir la última cajita y descubrir que no hay nada. y que lo que se vende hoy en el mundo es seguridad. porque la libertad da miedo. la seguridad constriñe la libertad. y la libertad no es segura. desde un desodorante, una cuenta de banco o un yogur. todo vende seguridad, protección, estabilidad. y dijo también que las personas valientes son las que apuestan por la libertad. y que son más generosas. y que lo que hay que tener en la vida es una actitud de sospecha. que esa es la actitud filosófica, la de cuestionarse, reflexionar, pero desde la sospecha. hay que sospechar incluso de personajes como la madre teresa de calcuta. dijo que los más sabios son los que tienen más consciencia de todo lo que desconocen. tiene sentido. claro que todo lo dijo con otro humor, otra soltura, y un hilo muchísimo más coherente y fluido.

creo que fue una de las pocas clases en que casi todos prestamos mucha atención. y nos reímos. y asentimos. y comentamos cosas entre nosotros. y salimos pensando en nuestro lugar en el mundo. en nuestros deseos internos más oscuros. en nuestras ambiciones más altas. en si queremos ser felices siendo libres o siendo seguros. a mí, creo, me gustaría ser libre. todo en su justa medida, claro. pero me están gustando los desafíos. me está gustando lo que encuentro en mí. no todo, pero mucho. me está gustando volver a pensar y a cuestionarme cosas. tener con quién discutirlas. encontrar seres afines. me está gustando ver que el engranaje de mi cerebro no se oxidó por falta de uso los últimos dos años. me está gustando descubrir que puedo hacer cosas, y hacerlas bien. y que hay gente entusiasta que puede valorar eso. y gente que no, pero siguen habiendo oportunidades de demostrárselos. me está gustando encontrar la pasión en lo que hago. tener expectativas. tener metas que alcanzar. cumplirlas. sentir. me está gustando volver a tener esperanzas de mí misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario