No tengo derecho a imaginar cosas.
No tengo derecho a extrañar algo que nunca tuve.
No tengo derecho a pensar qué hubiera pasado sí.
No tengo derecho a enojarme.
No tengo derecho a estar triste por un final previsible.
No tengo derecho a desear.
No tengo derecho a nada.
Pero mirá el lado bueno, tenés un montón de izquierdos.
ResponderEliminarY ese fue mi torpe intento para generarle una sonrisa.
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