lunes, 16 de septiembre de 2013

Con permiso

Permítame, caballero, depositar suavemente el contorno de mi boca en ese párpado, permanecer ahí por dos o tres segundos, visitar el otro con el mismo procedimiento, respirar hondo ese aire a calidez que lo rodea y atravesar con los dedos la superficie de su pelo.  

Usted, mientras tanto, duérmase. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario