jueves, 5 de septiembre de 2013

Qué lindo

Está todo bien con las convicciones férreas e inamovibles pero qué lindo cuando te sacuden un dogmita autoimpuesto, lo ponen contra una pared, le lamen juguetones el cachete y sonriendo le dicen de cerca que puede ir yéndose a la mierda. Porque vos estabas segura de algo y a seguro hace rato que se lo llevaron preso, salió, violó la condicional y entró de nuevo, todo mientras vos ibas descubriendo que no hay verdades infalibles, menos sobre ti misma, que con el tiempo y la vida y las lágrimas vas aprendiendo cosas y siendo otra. Porque el amor no era tan así y vos no eras tan así y hoy no es tan como antes. Cada circunstancia es exclusiva y podés sacar ejemplos o trazar hipótesis pero guarda con abrazarse a un paradigma. Porque por suerte aparecen personas o sucesos o sensaciones que te tapan la boca y te dinamitan la fortaleza psicológica que armaste, y se sientan a verte barrer, mientras reís absorta, los pedazos abstractos de esa fe que le tenías a una ridiculez, mientras te acarician la longitud del cuello y te besan el alma. 

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