lunes, 31 de mayo de 2010

aceptemos la posmodernidad

hoy vi una publicidad de la iglesia católica en un cartel arriba de un edificio. al lado, había un cartel igual pero de day's, las toallitas femeninas. y un poquito más abajo, uno de una fábrica de pastas. y me acordé de las clases de teorías de la comunicación IV que nunca pude exonerar, y de cómo convive todo en esta era, sin lucha de clases ni de estilos ni de formas de vida, sin que nada predomine sobre nada, sin que haya que optar por algo porque todo es válido, todo sirve, todo se consume y todo puede coexistir.

y ahora veo grey's anatomy mostrando un tiroteo horrible en un hospital, una de esas situaciones que surgen de vez en cuando en los diarios de estados unidos o de suecia, y después veo que en la tanda me hablan de cómo mejorar el adn de la piel, o del johnny etiqueta negra, con lindos gráficos y música cool, y una voz sexy de mujer -porteña, obvio- me cuenta la historia mitológica de cómo nació el kinetic design de ford. y vuelvo a la sangre en todas partes y los disparos y una tensión tan magistralmente llevada, que si yo fuera el guionista de esta serie me estaría palmeando la espalda a mí misma. pero la yo-espectadora llora como una loca porque se está muriendo un médico joven en un pasillo nada más que porque no andan los ascensores, y porque cristina está operando a derek con un loco apuntándole a la cabeza. es la catarsis griega en pleno 2010.

y si pongo otro canal, me encuentro con un concurso de baile que es todo menos concurso y todo menos baile, la carrera del rating, los cuerpos de plástico y lo bizarro. bizarro, una palabra tan siglo XXI, tan under y glam y mediocre a la vez. tenemos el circo romano con sólo presionar un botón. con leones y fieras de todo tipo (felinos? gatos?) que se comen crudo a ricardo fort al día siguiente en los talk shows de la tarde.

y termino de llorar porque sé quién se salva y quién no, terminó la tragedia griega, así que con sólo apretar un botón en el control remoto paso al circo romano donde le están regalando un perro (de Tiernitos selección) a la vedette que mejor se prostituya sin llegar a hacerlo de hecho en 4 minutos de televisión, que en resumen es un montón de dinero. time is money, dentro y fuera de la tv, pero sobre todo dentro.

mejor me voy a bañar, a lavarme la cara, a tratar de darle una chance a wilbur smith y a tomarme el analgésico para la espalda, que da sueño. todo viene con un plus en esta era: el remedio ayuda a dormir, el shampoo hace que no se te caiga el pelo (mentira. te lo firmo), y el cepillo de dientes tiene limpiador de lengua y mejillas!!! ojo al piojo.

me gusta esta era, a pesar de sus contradicciones. más bien me gusta por esas mismas contradicciones. por la violencia extrema que entremezcla los actos de amor más grandes en dos horas de alta televisión, por el sexo explícito implícito en un concurso de baile, por el cartel de religión junto al de la fábrica de ravioles, por la moda que incomoda y la que no (calzas deportivas para ir a bailar? musculosas plateadas para hacer deporte?), por los libros que siguen estando en algún lugar de la casa, pero que conviven con la tecnología más absurda, por tener charlas por mail con mi madre que está a cinco metros dos paredes de por medio, por estar siempre online aunque no sea necesario, por poder desconectarme de todo pero no del todo cuando me voy a caminar por la rambla con el mp3 hablándome al oído.

me tocó nacer en 1986. soy de esa generación que ya sabía escribir (a lápiz y en cursiva, en esos cuadernos de renglones finos y gruesos) cuando explotó internet. soy de la generación de los primeros juegos electrónicos (aunque nunca jamás tuve un nintendo, y en todo caso me habré humillado intentando jugar en lo de algún amigo 2 veces en mi vida). todos vimos nacer a google y a mac y a youtube. pero a partir de nosotros es que las generaciones los empiezan a entender.

me gusta la posmodernidad. donde ser auténtico está bueno, la vida es como te la tomás (o sea, light), la onda es lo alternativo (alternativo frente a qué?) y sólo tenés que just do it. es como una ensalada gigante que no tiene sólo verduras, además tiene frutas, tiene low carbs, tiene lifestyles y podcasts y gay parades y celulares 3G y facebook y un montón de objetos de consumo. y cuando digo montón, es absolutamente todo lo imaginable. desde el happy chop hasta comida para perros tiernitos. todo al alcance de la mano. y todo hecho para hacerte feliz.



mejor me voy a tomar mi analgésico que me duerme, acostarme en mi almohada que retoma su forma cuando levanto la cabeza y taparme con mi acolchado antialérgico. capaz que ya estoy inventando, pero esa es la sensación general de lo posmoderno: dormir y soñar con cualquier cosa. y todo es posible.

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