lunes, 8 de agosto de 2011

mis pensamientos y yo















caminamos en silencio, vemos la tarde caer. las luces del retiro se van encendiendo a medida que los pies golpean la grava. avanzamos por la ciudad, sumidos en nosotros mismos. recorremos varios kilómetros bajo los faroles de las calles. madrid está casi oscura y desierta. el templo de debod corona el final del paseo, con su aureola mágica de historia y paz. volvemos a casa, todavía en silencio. la cámara ha intentado captar lo mejor de la caminata. pero no pudo captar el aire tibio que me enredaba los mechones de pelo. ni la música del saxofón al borde del lago. ni mi respiración que intenta absorberlo todo. ni la fuerza de mis piernas comiéndose el terreno. ni la calma interior, casi feliz.









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