jueves, 29 de diciembre de 2011

monotevideo

Aquí estoy, otra noche más en Mvd. Comiéndome poco a poco el libro de Steve Jobs (el libro sobre Steve Jobs más bien), sin laptop propia hasta nuevo aviso, y para variar, con la panza a reventar por otra cena con amigos. Pero algo ha cambiado: ahora tengo cédula de identidad así que casi vuelvo a ser un ser humano. Espero que mañana sea una homo sapiens completa cuando consiga la libreta de manejar, me apunte en la caja profesional, y el médico me diga qué diantres tengo en la rodilla.

Todavía queda mucho para hacer antes de embarcarme al verano, mañana a medianoche, en un bus directo a la loma del orto, entiéndase por tal el paraje Diego Lamas, en pleno corazón de Artigas. Tengo ganas de ese otro tipo de soledad, poblada de ruiditos campestres, sol abrasador y siestas. Y si de a ratos comparto un paseo en camioneta, una tarde de alero o una vuelta a caballo con alguien de mi familia, no creo que necesite mucho más.

El tiempo deja de importar por esos lados. Y quién soy yo también.

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