miércoles, 14 de diciembre de 2011

vértigo

Hace un mes comprábamos las entradas para el Cirque du Soleil. Hoy ya lo vimos. Me gustó mucho, aunque me lo esperaba aún más grandioso. No hago review porque escribir desde el blackberry es un suplicio al que hoy no tengo ganas de someterme. Se acerca el fin, estos días son una montaña rusa de extraña normalidad. Todo se acaba en nada. Y a la vez todo sigue. Como leí hoy en "Desgracia" de Coetzee, cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual. No sé. Hay muchísimo que no entiendo. Se cierran cosas que me gustaría que siguieran un rato más, y se quedan cosas en standby de las que necesito alejarme, al menos por un rato. Creo que lo que más quiero es dejar de oírme a mí misma en el bullicio de los ruidos que extraño. Siento un montón de cosas juntas que no alcanzo a definir. Tristeza, nervios, nostalgia, ganas, y una especie de excitement latente, agazapado, que se va a liberar cuando las ruedas del avión toquen la pista de Carrasco. Quiero que llegue ese momento, pero ojalá Madrid estuviera más cerca y volver no significara siempre instalarse o pasar fugazmente. Por ahora compro regalos y me dedico a empezar a extrañar a los que todavía tengo a mi lado. De alguna forma mi vida siempre va a tratarse un poco de eso.

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