viernes, 20 de enero de 2012

blackjack!

No hay como pisar un casino después de dos años de abstinencia para sentarme en una mesa de blackjack y volver a sentir el vértigo de la adrenalina recorriéndome el cuerpo. Es como que la aventura largamente dormida después de una noche nefasta de casino+choque vehicular se despierta reloaded y se me desborda por los dedos y los ojos, que se plantan o piden cartas, justamente ayer con tan buena fortuna que pude duplicar mi inversión inicial (un préstamo paterno), y por ende, me quedé tan pero tan satisfecha...

Ahora no puedo volver al juego hasta dentro de un par de años. Lo mejor de todo es saber cuándo hay que retirarse.

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