domingo, 29 de enero de 2012

a miracle worker

Pasan rápido los días acá. Y con acá me refiero a las vacaciones, donde sean. Últimamente son en el este, con sede en la cima del lomo de la Ballena, pero con frecuentes incursiones a Punta del Este, para ir a la playa o a la noche, además de algún viaje fugaz a Montevideo City para renovar libros o almorzar con mis abuelos.

Qué me está gustando de todo esto? En primer lugar, convivir con mis padres otra vez, por curioso que suene. Y en segundo lugar, pero muy cerquita, reencontrarme con mis amigos hasta el punto de la cotidianeidad, algo que también me hacía falta y me vino estupendamente. Todos los demás bonuses de las vacaciones en la playa van después, incluida la cama doble en la que puedo dormir cómoda y transversalmente, el uso casi exclusivo del auto y la vista de la casa.

El martes se acaba la sección playa (Uruguay) del verano, pero febrero viene movido con idas al campo, actividades montevideanas, búsqueda laboral y allá por carnaval, la sección playa internacional, con sede en Florianópolis. Decididamente no me puedo quejar. Todo está saliendo redondito.

Me siento bien. Tengo los días ocupados con muchas cosas lindas, por eso me olvido de volcarlas acá. Como ir a la playa a las ocho de la mañana y caminar cuando no hay nadie. O ganar en el poker y en la podrida. O perdernos en una discoteca. O lagartear al sol comiendo Cerealitas de naranja y hablando hasta que hace demasiado frío para seguir en la arena. Me siento bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario