domingo, 21 de octubre de 2012

Alerta naranja

Quiero pararme abajo de la lluvia que baña los edificios y mojarme. Ser parte de la tormenta. Empaparme hasta atrapar un rayo que apague de golpe todas las luces. Las mías, las de la ciudad, las del cielo. Ser oscura. Hacerme humo y humedad. Desaparecer, de golpe, en la milésima de un trueno. Convertirme en ruido. En fugacidad. 

Y que el sol de unos días después me encuentre ahogada en un mutismo feliz, yaciendo a orillas de algo. 


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