Quiero pararme abajo de la lluvia que baña los edificios y mojarme. Ser parte de la tormenta. Empaparme hasta atrapar un rayo que apague de golpe todas las luces. Las mías, las de la ciudad, las del cielo. Ser oscura. Hacerme humo y humedad. Desaparecer, de golpe, en la milésima de un trueno. Convertirme en ruido. En fugacidad.
Y que el sol de unos días después me encuentre ahogada en un mutismo feliz, yaciendo a orillas de algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario