miércoles, 28 de noviembre de 2012

Improvisemos


Tengo una estrategia huérfana. Irónica. Torpe. De mala jugadora de poker. No llega a plan, porque no tiene pienso ni vislumbra consecuencias. Tiene impulso nomás, instinto. La inercia de la pata ya metida. O sea que no tiene nada más que un puñado de malas decisiones enlazadas con una cuerdita de cruzar los dedos. Una resignación a actuar un poco mal. Y unas gotas de fin que justifica los medios. Es una estrategia trunca, que funciona en modo directo al desastre. Una balsa momentánea para un naufragio posterior. Un veremos qué pasa un tanto ciego. Pero al menos me mantengo a flote. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario