miércoles, 7 de noviembre de 2012

Ya sos una señorita

Hoy me descubrí siendo grande. Siendo adulta, quiero decir, algo que no veía tan posible. Fui a dos bancos por ejemplo. Y volví al trabajo después de estar enferma, para descubrir que tenía muchas tareas acumuladas. Y reuní mis contratos de celular y documentos por el estilo en carpetas y los ordené. Me cociné por segundo día consecutivo (sopa, sí, pero vale porque implicó prender una hornalla). Me senté en una reunión como si supiera de lo que se estaba hablando. Me depilé. Un poco. Me compré remedios con mi plata y me quedé una hora más en la agencia de lo que dice mi contrato. Y no estuvo nada mal. 

A veces siento como si estuviera jugando. Como si todo fuera una práctica, una instancia lúdica, un rato adolescente. Jugar a ser grande. Pero no. Tengo 25 años para 26. Y el juego se acabó hace rato. 

Lo lindo es que se sienta como un juego. Que lo disfrute sin terminar de creérmelo. Espero que eso dure hasta que me muera. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario