martes, 1 de mayo de 2012

Nueve kilómetros

Toda la lonja de Pocitos, ida y vuelta. Una parte sola, después acompañada, después sola otra vez. Velocidad de crucero en mis pasos, mirar un poco, pensar más, sentir el frío en la cara y achinar los ojos por el sol. Del Buceo al Golf y de regreso a casa. Una hora y pico de otoño montevideano. Una hora de charla intensa y amistad sincera. Un pico de confortable soledad. Vi el sol ponerse en Bulevar España, esquivé puestos de torta fritas y admiré perros. Un amigo que cruzaba corriendo me aplaudió en la cara para saludar. Un compañero de facultad me agitó la mano tímidamente. La ciudad que es un pañuelo. Primero de mayo, día de la Rambla.

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