miércoles, 9 de junio de 2010

pistas en el cibermundo

hoy parece que descubrieron qué le pasó a natalia martínez hace más de tres años. por lo menos, el que enterró su cuerpo entre la pinocha cerca de la laguna del sauce confesó que la llevó en su auto y que ella se murió "por causas naturales" (según Observa.com.uy). así que si se te muere una piba con la que estás saliendo la dejás tirada en un baldío? no entiendo. qué fue, coma etílico, sobredosis??? eso es homicidio? y si no la mató, por qué se deshizo de ella?

parece algo a años luz de mí. pero no tanto. por algo la sociedad montevideana se shockeó con el caso. porque podía ser la amiga de cualquier conocido, o la hija, o la prima, o la vecina de todos. no era una loquita de un cantegril. era una nena bien. que veraneaba en piriápolis. y que al parecer, salía con este chico que hoy tiene 25 años (te cagaste la vida, mijo) y que se escribían mails.

y yo pienso. si me pasara a mí. si mañana me descompenso, o me da un patatús, o me drogo o me drogan o tomo tanto de más que me paso para el otro lado (literalmente), o alguien me pega un tiro o me atropella o me apuñala o me viola o las infinitas posibilidades de violencia que pueden darse... si mañana me pasa eso, sería una papa resolver mi caso. capaz que tengo mucho csi encima. pero si es alguien que yo conozco (y generalmente lo es), hay tanta pista suelta por acá, tanto escrito en el ciberespacio, tantos mails, tanto blog, tanto facebook y demás, que mi vida sería como un libro abierto. o un libro con ciertos espacios en blanco que juntando los testimonios de los que me rodean sería muy fácil de completar.

con unas amigas decimos en broma que no podemos vernos envueltas en ninguna investigación policial (ni como víctimas ni como acusadas) porque si se ponen a leer nuestros mails, además de reírse mucho, se enterarían de casi todo y nos arruinan la vida a las tres. son cosas que no queremos que nadie se entere, sólo nuestras amigas, y sin embargo las ponemos en una hoja ficticia de papel que largamos en el universo virtual. bits que en algún lado quedan. y la vida me ha demostrado, y la experiencia en carne propia, que es demasiado simple hackear y demasiado simple ser hackeado.

así que por un lado es una defensa tener tanta información personal tirada en facebook o blogspot o twitter o yahoo o gmail. puede ser útil para resolver tu propio asesinato. (o, conocidos míos, si alguna vez se les ocurrió matarme, piénsenlo dos veces, porque seguro que figuran en algún mail o amigo de fb o hilo, y en ese caso sirve también como prevención).

y por otro lado es un peligro, una inconsciencia, dejar tanto librado a los ojos de cualquiera que sepa manejar un mouse. yo reconozco que soy ciberexhibicionista. ocultarme tras un teclado es algo así como estar borracha (también me han dicho ciberebria). digo, hablo, cuento, repito, comento, confieso. como si nadie lo fuera a leer. o como si estuviera totalmente en confianza. y esto lo puede leer mi mejor amiga igual que lo puede leer un viejo psicópata de missouri. o un stalker uruguayo que me escribe preguntándome de mis vacaciones, y yo ni lo conozco ni sé cómo se enteró de que me fui de vacaciones.

y podés encontrar al amor de tu vida por facebook (no me pasó) o a un millón de plomos que no sabés por qué te piden para ser amigos (o no querés ni pensarlo), desde un obrero de la construcción chileno hasta un venezolano que me debe llevar unos 30 años y van dos veces que le niego la solicitud.

pero creo que estar es mejor que no estar. creo que contar y decir y opinar y confesar es mejor q no existir más allá de la realidad pura y dura. lo virtual está bueno también, bien usado. con fronteras, con derechos, con obligaciones. probablemente soy muy naif pensando así. nadie me debería hackear mis cuentas de mail. y sin embargo lo han hecho. y nunca voy a estar segura de que nadie lo vaya a volver a hacer. y nunca voy a hackear la cuenta de nadie a no ser que, por poderosísimas razones y sólo en circunstancias muy particulares, sienta que debo hacerlo. en sí, nunca digas nunca, pero tratemos de respetar algunos límites. yo los respeto, e ingenuamente voy a creer que todos los demás usuarios de internet los van a respetar. pero así soy. ingenua y terca. pienso lo mismo de la inseguridad en la calle. hasta que a mí no me roben, no voy a cruzar la calle por cualquier hombre con pinta "rara" o "fea" que camine por mi misma vereda. no me van a obligar a tener miedo. tendré cierto cuidado y algunos controles de privacidad. pero miedo, por ahora, no.

y si mañana me pasa algo, estaría bueno que mis huellas digitales (las del mundo digital, además de las de los dedos) ayudaran un poco a resolver el misterio. sobre todo si me dejaron tirada pudriéndome en un bosque de pinos. porque ahí sí que me daría miedo que habiendo tantas posibilidades de comunicación, nadie sepa qué corno me pasó. me daría miedo que habiendo dicho tantas cosas en mi vida, después sólo haya silencios. al silencio sí le tengo terror. creo que se nota.


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