viernes, 30 de julio de 2010

el final de un camino


hoy le puse punto final a la tesis. no fue una grata sensación, porque el tiempo apremiaba para organizarla, guardarla e imprimirla. la entregué casi con dos horas de sobra.
un día largo por demás, y raro. me dormí a las 7.30 después de muchas horas noctámbulas de últimos ajustes, con alguna que otra larga interrupción muy bienvenida. a las 8 me despertó papá (no me dio tiempo ni de soñar lo que quería soñar) y fuimos a donar sangre. la donación bastante bien, tuve que mentir en las preguntas previas ("ha descansado más de 5 horas?") y adelgacé 300 gramos de sangre. me sentí un poco mal cuando ya estaba liquidado el asunto, o sea, cuando te dan el café o la coca para que te repongas. ahí mi presión hizo gluuuuuu y bajó a niveles estrepitosos. la piloteé, dije que me sentía bien, y al rato quise escapar de la salita con destino al cuarto de mi abuela A (214, a menos de 50 metros), pero me sentí tan mal que no había dado ni cinco pasos y me senté en la primera silla que vi. lo siguiente que me acuerdo es que las enfermeras me estaban levantando las piernas, y yo estaba tirada en el suelo. y la cara de bochorno de papá lo decía todo.
y ta, entregué, y no puedo más con mi vida, pero dejé como 5 kilogramos de papel en la universidad para que lea alguna víctima que tenga que hacerme de tribunal en un mes. querían tesis, tomen. yo ya hice lo mío. y me voy a dormir con el cerebro exprimido, contracturas y los ojos chiquitos de leer en la pc, pero tan tranquila... :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario