lunes, 27 de septiembre de 2010

9948 kilómetros

hoy caí.

fue mirar la agenda y ver que en tres semanas, entre yo y este punto donde estoy sentada ahora van a haber casi diez mil kilómetros (nosecuántos mil de ellos de océano, dato no menor). pucha que es lejos. y un año es mucho tiempo. y el nudo en la garganta está ahí, agazapado, y calculo que no tardará en desatarse en lágrimas, porque evidentemente es la forma en que lidio con las separaciones, los duelos, las dudas, la añoranza y el miedo.

la gente que quiero va a estar a una llamada telefónica de distancia. nada más que una llamada telefónica. es decir, inevitablemente lejos. y esa nostalgia que me ronda hoy, cuánto más amarga va a ser... lo bueno -y malo- de hoy, es que en cierta forma, estiro la mano, y la alcanzo (lo alcanzo). pero allá, o me olvido, o me desarmo. y me necesito fuerte.

además, quiero creer en el arcoiris que veo. tiene una pata acá, y una allá. no hay olla de oro. sólo ilusiones.

el nudo se me hace denso. no quiero incertidumbres hoy, ni añoranzas. me voy a dormir, a ver si la almohada y un libro (antigua vida mía) hacen de dique para las lágrimas. no pensar, ése es el leit motif. aprovechar cada soplo de aire que corre por estas tierras en los días que me quedan acá. cada minuto en familia. cada rato de sol. cada hora de cosas conocidas y cotidianas. mi corazón está acá hoy, pero espero que se mude conmigo a la madre patria. no soportaría dejarlo.

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