martes, 7 de septiembre de 2010

my paradise



no entiendo cómo dejé pasar tanto tiempo. hace un año vine por última vez, con papá, una cachorrita cimarrona y un novio. hoy vuelvo sólo con papá. pero la cachorrita creció y tiene seis o siete pequeños vástagos que se prenden de sus tetas (nacieron hace menos de una semana y los que vi son unas bolitas super tiernas. me pueden los animales bebé peludos).

mi caballo del alma, archibaldo, estaba la última vez que vine, igual de tranquilo e impasible que siempre. ahora no está más. lo mató una tormenta a principios de año. fue mi primer caballo en serio, y el más bueno del mundo.

los árboles del parque mutaron. hay nuevos plantados, aunque sin hojas. y donde estaban los dos aromos, esos que rendían tributo al nombre de esta estancia, no queda nada.

pero los jazmines enredadera tienen alguna flor, y el pasto está verde, encharcado y feliz. el atardecer fue mágico, sin viento, y la primavera late en todo, esperando para explotar. hay terneritos recién nacidos y potrillos. los animales están peludos por el invierno, pero me parece que el sol los pone de buen humor.

ya cosecharon el trigo, y en breve plantarán la soja. pero mientras, el campo está sin chircas, limpio y con los rebrotes asomando bajo la paja achatada sobre la tierra. los eucaliptus los vimos desde el aire cuando llegábamos. van creciendo a pasos de gigante, y forman nítidos manchones verde oscuro sobre las cuchillas. en los bajos pastan las vaquillonas.

ahora el fuego nos arropa mientras esperamos la cena, que rosario ya trajo y huele muy rico. sospecho carne. mañana madrugamos para hacer una recorrida a caballo. amo esto con todo mi corazón. no entiendo cómo dejé pasar tanto tiempo.

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