domingo, 27 de mayo de 2012

Arroz a la cubana

Acaban de irse de casa los invitados. Fue una cena extraña pero interesantísima. Vino una compañera de trabajo de mi hermana, que es cubana pero nació en Leningrado (vivió en Cuba hasta los veinte más o menos, que escapó a Uruguay, y es rubia al mejor estilo ruso), y el mejor amigo del hermano de ella, que es cubano morochito, y hace un mes que salió de Cuba después de varios intentos balseros frustrados. Ahora en julio se va ella, llamémosla Ana, a buscar a su madre y su hermano (el amigo de este pibe que vino hoy, que por las dudas también le invento un nombre, Daniel). 

La estratagema es la carta de invitación de alguien que ya está afuera, y sacar pasajes de avión de ida y vuelta, pero sólo usar la mitad. Así salieron Ana y Daniel de Cuba. La diferencia es que Ana lleva siete años en Uruguay y está instalada por completo en la vida capitalista, y Daniel apenas un mes, y está ejercitando permanentemente su asombro al descubrir lo que es el mundo más allá de las fronteras de Fidel. 

Pasaron como cuatro horas hablando de la vida en Cuba. Así que nos dieron una idea bastante clara de lo distinto que es. Daniel contó sus periplos para escapar en balsa. Dos veces lo intentó, una de ellas estuvo cuatro días en el mar, y cuando estaban por dejar atrás el último cayo cubano los agarraron las lanchas de la policía. Estuvo preso y todo. Lo soltaron porque no quedó claro quién era el jefe de la balsa. En realidad eran él y otro. El otro se comió unos meses más de cárcel. En la balsa iban diez más, entre ellos un viejo que bajo la presión de los interrogatorios cantó hasta quién había sido el conductor del tractor que les arrimó los materiales para armar la balsa. 300 dólares había cobrado el tipo por el viaje. 12 dólares por mes es lo que ganaba Daniel en su trabajo. Es caro escapar. 

En realidad todo es caro. Porque los sueldos son irrisorios. Y la comida está racionada, excepto en lo que llama "el shopping" (pero él le decía "chopin"), que es una especie de micromercado de los productos "de lujo". Ahí es donde se dan los gustos: una coca cola, un perfume, un desodorante. Pero tienen que ahorrar mucho. O tener parientes afuera que les manden cosas, lo cual es muy normal. Los cubanos de Estados Unidos son la principal vía de abastecimiento de muchos cubanos de Cuba. 

Otra vez casi cruza hasta Guantánamo, que es territorio americano, lo que implica atravesar un campo minado o cruzar a nado una bahía. Él fue hasta la bahía, y vio como otros, antes de tirarse al agua, se untaban el cuerpo con aceite de auto. ¿Para qué? Para ahuyentar a los tiburones. Ahí desistió. 

La publicidad no existe en Cuba, o sea que ahí me moriría de hambre. Lo que hay son fotos de Fidel y frases célebres suyas y motivos alegóricos a la revolución. Y la miseria sí existe en Cuba. Hay casitas de lata y gente durmiendo en la calle. La coca cola de Cuba se llama "Tu Cola", por ende nuestro amigo Daniel se está acostumbrando a no decir "Dame tu cola por favor". Los autos más nuevos para el pueblo son de los ochenta, aunque hay "comunitarios" (cubanos que viven en EEUU) y algunos del gobierno que tienen autos más modernos. Las cosas no son mucho más baratas allá, pese al sueldo que reciben. 25 pesos cubanos son un dólar, una relación más o menos parecida a la del peso uruguayo. Los precios son parecidos a los de acá. Y hay un mercado negro monumental. La comida que pueden comprar es horrible comparada con la que exportan. Los tomates son más chicos, las naranjas son más feas, el azúcar viene hecho piedra, y la sal que consiguen es poquísima. Es normal que un vecino mate una vaca y venda la carne en el barrio. Pero va preso 20 años si lo descubren. Si en cambio decide matar a un ser humano, la condena es de cinco años o menos. 

En la tele tienen cinco canales. En dos pasan todos los días una programación repetida. Entre otras cosas, hay una mesa redonda donde discuten siempre los mismos temas (por ejemplo, la guerra contra EEUU, a lo que Daniel dice: "¿qué guerra si yo nunca vi una pistola?"), y cada mañana y cada noche pasan el mismo programa sobre otros lugares del mundo. En realidad, esos otros lugares son China y poco más. Daniel se conoce China sin haberla pisado nunca, porque el programa dura como cuatro horas. Dice que les ponen programas de cocina con recetas de comida china, pero que para preparar las cosas que les muestran necesitan equis jamón o tal tipo de queso. "¿Dónde viste un jamón así en Cuba?", decía él. Una tomadura de pelo. 

Cuando trabajaba en hoteles (los hoteles son las embajadas del occidente, y él trabajó de salvavidas y haciendo delivery de muebles), y le daban de comer en el buffet libre, él se llenaba los bolsillos de bolsitas de nylon ("habas" de nylon) antes de ir, y después iba guardándose todas las hamburguesas y sobrecitos de té que podía. Salía con los bolsillos repletos, apenas podía moverse. Lo otro que los cubanos roban de los hoteles es el jabón. Aparentemente, el jabón Bulldog, que conocemos nosotros, es como un elixir de higiene para ellos. Es mucho mejor que el jabón "de tocador" al que acceden. 

Lo otro que es todo un tema es Internet. Aparentemente, sólo acceden a Wikipedia, pero a "algunas cosas" de Wikipedia. Facebook tienen, pero es como un Facebook interno de Cuba nomás. Y la conexión es muy lenta, y tienen sólo una hora por día, así que lo que ven es poquísimo. Daniel está aprendiendo a dominar los mails y YouTube. Se está descargando todas las películas que nunca pudo ver, y eso que vio bastantes a pesar de todo. Fue a ver The Avengers en 3D y no lo podía creer. No sabía que eso existía. Tiene 29 años y parece un niño de seis descubriendo el mundo. Le sorprende que las mujeres anden en moto y que exista la calefacción (en Cuba, se le congelan las orejas si hacen 15 grados). O que el pescado sea tan caro, teniendo la playa al lado. Nos preguntó qué se usaba como carnada acá, porque en cualquier momento se consigue una caña y se pesca sus propios pejerreyes. Con lo pescadores que somos en casa, apenas atinamos a decirle que la carnada son "otros peces más chiquitos". 

No me quiero olvidar de todo lo que contaron hoy, pero es mucho. Lo que me sorprendió más es esa ingenuidad ante el mundo. Vivir en una isla así, tan literal, hace que no estés preparado para enfrentar lo que hay afuera. Y lo que hay afuera es TODO. Es el mundo abierto y tal como lo conocemos, con sus fallas, por supuesto, pero libre. Daniel tiene que empezar a concebir un mundo del que apenas tenía una idea. Lo que debería decirnos algo. Si tantos cubanos quieren salir de Cuba apenas conociendo un poco de lo que hay afuera, cuesta imaginar lo que pasaría si tuvieran una idea cabal de todas las cosas que se están perdiendo. En realidad no cuesta. Tras la ligera apertura de los últimos tiempos, todo parece indicar que el modelo castrista va a llegar a su fin más pronto que tarde. Pero queda mucho por recorrer todavía.

Cierro con una anécdota. Cuando se cayó la URSS, Cuba sufrió muchísimo. La gente pasó hambre de verdad. Daniel dice que en las fotos de los 90 todos están escuálidos. Con la escuela, cada año, se iban un mes a cosechar café (o algo por el estilo, onda campamento de trabajo). Resulta que les daban un almuerzo y una cena como de campo de concentración, y un día en su cabaña de varones tenían muchísima hambre. De repente escucharon un "miau" en el techo. Ese día hicieron estofado de gato. 

4 comentarios:

  1. Me encanto este resumen. Me gusta cuando las personas están abiertas a escuchar sobre Cuba, y estas son algunas de las tantas anécdotas y vivencias que hay para contar. Hay todo un mundo desconocido en esa isla que no muchos conocen.
    Ya tu hermana a su regreso del viaje te contara y podrás argumentar mucho más sobre el Arroz a la Cubana ;).
    Saludos,
    Ana

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    1. Gracias por comentar :)
      Espero que no te haya molestado. Si querés que borre algo me decís sin problema.
      A mí me encantó conocerlos y escuchar todo lo que contaron!

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    2. No, para nada. Esta todo muy correcto y muy bien redactado. Me gusto mucho que pudieras transmitirles a otras personas nuestra gran charla.

      Para mí también fue un placer conocerlos. Pasamos un rato muy agradable!!

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  2. Gracias por compartirlo amiga. Me puse a llorar, re triste esta realidad de Cuba. Lo contás re lindo como siempre, me encantó.
    Lo compartí en Facebook.
    Besos.-

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